Sonatas para violín y piano de op 30/3 (nº8), op 47 «Kreutzer»(nº 9) y op 96 (nº 10)

Leonidas Kavakos, violín

Enrico Pace, piano

Continúan los fastos del “año Beethoven” e IBERMÚSICA nos ha ofrecido un sensacional recital del formidable violinista griego Leonidas Kavakos, del que hace pocas fechas comentábamos en estas mismas páginas su admirable grabación del maravilloso Concierto para violín y orquesta op 61 de Beethoven, el único  que compuso el gran compositor alemán, obra majestuosa, llena de belleza y de una construcción musical antológica, además de contener una de las partes solistas para violín más exigentes  en lo técnico y hermosas en lo musical de la historia del repertorio para este instrumento.

En esta ocasión hemos podido escucharle las hermosísimas Sonatas para violín y piano números 8 (op 30/3) nº 9 op 47 “Kreutzer” ( la joya de la corona de esta colección de música de Beethoven destinada al violín y el piano ) y la deliciosa sonata nº 10 op 96 en sol mayor, una obra menos interpretada y plagada de bellezas. Kavakos lució un sonido bellísimo, un fraseo muy depurado, de corte muy clásico,  pero a la par, con una concepción muy moderna y rigurosa de las partituras de Beethoven en cuanto a ataques y acentos y con un  soberbio manejo del arco. Más que brillante, Kavakos, que dio muestras de su virtuosismo, fue enérgico y elocuente, profundizando  sensiblemente en los pentagramas beethovenianos.

Los tempi fueron magníficos muy fluidos y disfrutables. Sobresaliente y soberbia interpretación de la Sonata Kreutzer, muy matizada, en particular el segundo movimiento, tema con variaciones, tocado con preciosismo, sutileza y refinamiento, después de un imponente primer movimiento. El finale resultó especialmente vibrante.

En cuanto al acompañamiento al piano de Enrico Pace, fue, en líneas generales muy pulcro, sólido, convincente, elegante y con empaque, en perfecta sintonía con Kavakos. Evidentemente no alcanza el pianista italiano la altura del insigne violinista griego, pero su fraseo fue muy bello y su espectro dinámico muy amplio. Gran éxito en una velada donde escuchamos la  verdadera esencia de la música de Beethoven de la mano de un inmenso violinista y mejor músico.

LUIS AGIUS

Diana Tishchenko

Strangers in PARadISe” (Extraños en el Paraíso)

Obras de Ravel, Enescu, Prokofiev e Ysaÿe

Diana Tishchenko, violín

Zoltan Fejérvari piano

WARNER CLASSICS 0190295403911

El mundo de la música clásica está de enhorabuena con la aparición de una nueva estrella del violín, la formidable violinista ucraniana Diana Tishchenko, ganadora de prestigiosos premios internacionales, de la que nos llega un sensacional disco compacto dedicado a joyas del repertorio camerístico del siglo XX, vinculadas de algún  u otro modo al París de la Belle Epoque y el período de Entreguerras, bien porque sus autores desarrollaran su carrera o ofrecieran conciertos o porque estrenaran sus obras en la capital francesa.

En efecto, en este precioso registro podemos escuchar las magníficas Sonatas para violín y piano de Ravel (nº 2), Prokofiev (nº 1 op 80) y Enescu (la número 3, “en estilo popular rumano” op 25) y la Sonata 

para violín solo nº 3 “Ballade” del belga Eugene Ysaÿe, consumado virtuoso del violín de comienzos del pasado siglo, muerto en 1931 y que era considerado por sus contemporáneos, el “zar “ del violín.

Nos encontramos ante páginas exigentes en lo técnico y lo interpretativo que Tishchenko aborda con soltura, sólido criterio, noble fraseo, excelente acentuación, soberbio manejo del arco y bellísimo sonido. En Ravel su interpretación es exquisita, en Enescu colorista, apasionada, brillante y convincente y en Prokofiev excepcional, de alto virtuosismo pero con la hondura que requiere la obra.

En Ysaÿe luce su técnica, pero nunca como un fin en sí misma, sino para delicia de los amantes del violin, mostrándonos su bello timbre y su fraseo cálido, muy expresivo.

En definitiva, disco compacto excelente y muy recomendable por el hermoso repertorio, conocido por los melómanos más avezados, pero desconocido para el gran público, al no tocarse con excesiva frecuencia por su dificultad , pese a tratarse de obras de grandes compositores modernos del siglo XX y por la excelente lectura e interpretación que hace Diana Tishchenko de las mismas. Notable acompañamiento al piano de Zoltan Fejérvari, en perfecta simbiosis y complicidad con la solista, sutil, y brillante cuando la ocasión lo requiere. Excelente grabación, habitual en Warner. Esperamos con interés nuevas grabaciones de este nuevo astro femenino del violín que ha irrumpido en el firmamento internacional de la música clásica con fuerza y esperemos que, para deleite de los melómanos, prolongue su carrera mucho tiempo.

LUIS AGIUS

© Rafa Martín / Ibermúsica

Bezhod Abduraimov, piano

Orquesta Filarmónica de San Petersburgo

Yuri Temirkanov, director

Obras de Beethoven, Brahms y Tchaikovsky

Auditorio Nacional Madrid, 21 y 23 Enero 2020

IBERMÚSICA

El pasado 30 de Noviembre de 2019 falleció repentinamente el gran director letón Mariss Jansons (1943-2019) una de las mejores batutas del mundo, que tenía previsto dirigir en Madrid dentro de la programación de IBERMÚSICA dos conciertos al frente de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera, orquesta de la que era titular, con la actuación del gran pianista Igor Levit.

Al cancelarse la gira de la ORSB, en su lugar IBERMÚSICA, en un loable esfuerzo, ha tenido que sustituir los conciertos previstos  de dicha orquesta con la presencia en Madrid de la histórica Orquesta Filarmónica de San Petersburgo dirigida por su titular, el veterano maestro Yuri Temirkanov, contando la actuación del joven y excelente pianista uzbeko de ascendente proyección internacional, Behzod Abduraimov, que se erigió en notable protagonista de los dos conciertos, tocando espléndidamente dos  magnas obras del gran repertorio, los conciertos para piano y orquesta nº 1 de Tchaikovsky y el nº 1 de Beethoven, los días 21 y 23 de Enero, respectivamente.

En efecto Abduraimov lució una portentosa técnica en Tchaikovsky, no exenta de elegancia, sensibilidad y refinamiento. En los pasajes de bravura estuvo extraordinario, especialmente en el primer movimiento y en el sensacional finale, tocado con gran fogosidad y brillantez. El Andante fue exquisito (aunque el tempo  escogido un poco rápido para lo acostumbrado).

© Rafa Martín / Ibermúsica

Su Beethoven fue equilibrado, limpio, sensible y enérgico, de gran plasticidad y lirismo en el Largo  y notable belleza e impulso rítmico en el Rondo final. En  el primero de los conciertos completaba el programa la magistral Cuarta Sinfonía de Brahms, obra capital de la Historia de la Música. La versión de Temirkanov fue muy irregular y algo decepcionante, de tempi muy rápidos, con momentos de innegable belleza (especialmente en el Andante) pero sin continuidad y con cierta falta de introspección. El tercer movimiento fue notable y el finale irregular, con buenos momentos y otros no bien resueltos por falta de hondura. El acompañamiento del Concierto para piano y orquesta de Tchaikovsky fue modélico e idiomático. En el segundo programa, con la formidable  Cuarta Sinfonía de Tchaikovsky, Temirkanov nos mostró su indudable maestría y obtuvo una excepcional respuesta orquestal de la Filarmónica de San Petersburgo. La versión fue sólida idiomática, dramática, refinada y brillante. Majestuoso el primer movimiento, muy dramático y bien diseñado. Precioso andante de bellísimo fraseo, aunque algo irregular en algunas frases. Inolvidable tercer movimiento, con el famosísimo pizzicato de las cuerdas (alternándose con la marcia del viento madera y metales) refinado, jovial, virtuosístico, colorista, puro Tchaikovsky. Maravilloso.

Brillantísimo final perfectamente planificado, contundente y elocuente, muy bien resuelto

La Filarmónica de San Petersburgo lució un sonido homogéneo y empastado, si bien con un timbre algo oscuro, y falta de precisión en algunos ataques, en momentos puntuales. Excelente en todas sus secciones, destacaron, viento- madera y metales.

En ambos conciertos pudimos escuchar como bises, sendas páginas de Elgar, Nimrod y Salut d´ amour, impecables, sutiles, bellísimas.

Mariss Jansons in memoriam

LUIS AGIUS

Concierto de Año Nuevo 2020

Orquesta Filarmónica de Viena

Andris Nelsons, director

SONY CLASSICAL (2 CD) 19439702362

Se cumplió una vez más la  inevitable, placentera y gloriosa tradición de  la celebración del Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena, del 1 de Enero de 2020, el concierto más famoso del mundo, con la que esta histórica orquesta felicita el Nuevo Año a melómanos y no melómanos a ritmo de valses, polkas, marchas, galops, oberturas, etc en inolvidables melodías, que vienen de dorados y lujosos tiempos pretéritos, de la época del “Imperio tranquilo”, el Imperio de los Habsburgo. Esta vez el concierto fue dirigido por el maestro letón Andris Nelsons, director titular de la prestigiosa Orquesta del Gewandhaus de Leipzig y principal director de la Orquesta Sinfónica de Boston y una de las batutas más cotizadas de la actualidad, cuyo debut en este evento fue muy satisfactorio. Nelsons diseñó un programa muy hermoso e infrecuente  con numerosas obras nunca antes escogidas por otros directores e interpretadas en este concierto (la polka “Cupido” y el vals “Saludos de amor” de Josef Strauss, la “Gavotte” de Hellmesberger la polca “Flor de invierno” de Eduard Strauss o el sí tocado, pero muy raramente, “Dynamiden” un vals de Johann Strauss)
Asimismo escuchamos valses muy bellos y poco tocados como el “Abrazaos, millones” de Johann Strauss (un claro guiño a Schiller y a Beethoven, en el 250º aniversario de su nacimiento).Precisamente del maestro de Bonn se interpretaron algunas Contradanzas con una primorosa ejecución de Nelsons y la Filarmónica de Viena, algunas de las cuales fueron bailadas en la retransmisión televisiva, coreografiadas por José Carlos Martínez gran bailarín y coreógrafo español de prestigio internacional.

En definitiva, Nelsons dirigió, con su habitual estilo heterodoxo, pero con soltura, preciosismo, sutileza, bello fraseo y brillantez todo el concierto,si bien  estuvo mejor en las polcas, marchas, oberturas , etc que en los valses ( de bello fraseo, pero muy ”sinfónicos”, faltándole un manejo del rubato del vals vienés más flexible) sin que esto empañe en absoluto su excelente actuación.

La Filarmónica de Viena ofreció, como era de esperar y como siempre, una ejecución impecable , un sonido suntuoso y una gran brillantez, sin pomposidad innecesaria.

Cómo curiosidad se ejecutó un arreglo diferente de la popular “Marcha Radetzky” al que nos habíamos acostumbrado desde 1946, sin particulares ni sustanciales diferencias, y desde luego, inapreciables para el neófito. Sobresaliente grabación.

LUIS AGIUS

leonidas_kavakos_cd_beethoven_octubre_2019

Concierto para violín y orquesta en Re mayor” op 61

Leonidas Kavakos, violín y dirección

Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera

“Septimino “op 20

Leonidas Kavakos, violín, y otros solistas

“Variaciones sobre canciones populares” op 105 y op 107

Leonidas Kavakos, violín

Enrico Pace, piano 

SONY CLASSICAL (2 CD) 19075929882 (co-producción con BR Klassik)

El sello SONY CLASSICAL comienza a conmemorar, en este recién estrenado año 2020, el 250º aniversario del nacimiento de Ludwig Van Beethoven (1770-1827) con un excelente álbum de dos discos compactos donde se erige como gran protagonista el extraordinario violinista griego Leonidas Kavakos, que interpreta y dirige una obra cumbre del genial sordo de Bonn , el maravilloso  e inmortal Concierto para violín y orquesta op 61 , además de interpretar y liderar una deliciosa obra de cámara , el celebérrimo Septimino op 20 y por último, ofrecernos unas inhabituales Variaciones para violín y piano, todo esto en aras de buscar las diferentes caras de un mismo prisma: el poderoso, titánico, singular, lírico y asombroso arte de musical de Beethoven, una de las mayores figuras de la Historia de la Música  y de la cultura occidental.

En efecto, Kavakos, en su sensacional interpretación del Concierto para violín destaca por su noble fraseo, su bellísimo sonido y su escrupuloso respeto a la partitura de Beethoven.Especialmente atractiva y extraordinaria es su interpretación de  la Cadenza (pasaje para lucimiento del violín solista) del primer movimiento, que el gran violinista transcribe por vez primera en su propio arreglo para violín tomado de la versión para piano y orquesta que el propio Beethoven realizó de esta obra en 1807 y que hace décadas publicó en disco compacto  el sello Deutsche Grammophon con el insigne Daniel Barenboim al piano. La cadenza de Kavakos es auténticamente preciosa, con un hermosísimo diálogo entre  el violín y el timbal (alla marcia, escrito por Beethoven) y de un virtuosismo espectacular, de altos vuelos, llena de dobles cuerdas, adornos, etc, pero muy rigurosa con el espíritu de la obra. En todo caso, Kavakos intenta profundizar, y lo consigue, en los pentagramas beethovenianos, ofreciéndonos una visión épica y humanista de esta música.Sin embargo, en este movimiento, siendo muy buena la dirección musical de Kavakos, quizá con la presencia y actuación de un director de orquesta al nivel de este solista, se hubieran obtenido más matices y un acompañamiento más perfilado y detallado.
El segundo movimiento, Larghetto es delicadísimo, muy espressivo, tocando y dirigiendo el griego con gran intimismo, y la transición al Rondó final también debida a Kavakos, muy original y a la vez fiel a Beethoven.
El maravilloso Rondo final es jovial, brillante, sólido y esta magníficamente tocado y dirigido por Kavakos, que demuestra una notable capacidad musical en ambos roles de solista y director en este movimiento.
La  formidable Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera, una de las mejores orquestas alemanas y europeas por su sonido y musicalidad,  responde admirablemente y aquí no se echa en falta un director como en el primer movimiento.
Respecto del Septimino op 20 para violín, viola, clarinet, trompa, fagot, violonchelo y contrabajo nos encontramos ante una  excepcional versión, modélica, fiel al estilo, elegante y clasicista. Magnificos solistas de viento y sobresaliente Kavakos, liderando el conjunto.
Por último, se nos ofrecen inusuales interpretaciones de dúos para violín y piano con temas populares escoceses, rusos y austríacos.Se trata de música “digestiva”, que Beethoven componía para aumentar su pecunio, pero que no carece de notable belleza y excelente factura compositiva.
Buen acompañamiento del pianista Enrico Pace, en completa sintonía interpretativa con Kavakos.

Excelente grabación en todas las obras, de gran presencia y fidelidad quizá favorable al violín en el Concierto.
Muy recomendable,  especialmente por la formidable “cadenza” del primer movimiento del Concierto, sin superar  en conjunto, a otros grandes violinistas, como Anne Sophie Mutter o David Oistrakh  en esta misma obra.

LUIS AGIUS

Facce d´amore”

Arias para contratenor de música barroca de los siglos XVII y XVIII 

Jakub Josef Orlinski, contratenor

Il pomo d´Oro

Maxim Emelyanchev

ERATO 0190295423384

Nuevo registro de la mano del sello ERATO del extraordinario contratenor polaco Jakob Josef Orlinski, cuyo  bellísimo timbre vocal ya fue alabado desde estas páginas en su anterior disco compacto “Anima Sacra”. Su prodigiosa voz está llena de ricos armónicos, tiene potencia y carnosidad, y una amplísima tesitura. En esta ocasión podemos escucharlo en un variadisimo recital de arias para contratenor, en las que toma la personalidad de las mil caras de un amante masculino: el amante apasionado, el despechado, el traicionado, el celoso, el agraviado, gracias a bellísimas arias de  grandes compositores como Haendel, Hasse, Alessandro Scarlatti y Cavalli, muy bien conocidos del público y otros desconocidos , como Boretti, Predieri, u Orlandini, de los que Orlinski nos ofrece primicias mundiales, nunca antes grabadas. El gran contratenor polaco frasea con intensidad, pasión y elegancia las arias que escuchamos en esta grabación y nos ofrece pasajes de altísimo virtuosismo y voltaje vocal, cantando con furor, apasionamiento, y entrega. El acompañamiento orquestal debido al conjunto barroco Il Pomo d´Oro que toca con instrumentos de época como en el registro anterior “Anima Sacra”, es brillante , idiomático, fiel al estilo y muy  depurado, gracias a la magnífica batuta de Maxim Emelyanchev. Sensacional grabación. Recomendación absoluta por la belleza del repertorio y de la áurea voz de Orlinski, insuperable.

LUIS AGIUS

G.F.Haendel: “The Messiah”,  HWV 56, oratorio 
Solistas

Keri Fuge, soprano  

Hilarry Summers, contralto

Nick Pritchard, tenorEdward Grint , bajo
The King ´s Consort (coro y orquesta)
Robert King  director

IBERMÚSICA. Auditorio Nacional.Madrid.17 de Diciembre de 2019.

Refinamiento, espiritualidad, sensibilidad, introspección y brillantez.
Esta versión en concierto del maravilloso “Mesías” de  Georg Friedrich Haendel (1685-1759) lo tuvo todo, en gran medida gracias al inconmensurable talento y musicalidad de Robert King, uno de los mejores directores de música barroca de la actualidad y gran autoridad en la interpretación de Haendel. Hace años pudimos escucharle en Madrid una antológica interpretación al frente del mismo conjunto, “King ´s Consort” de la Water Music y de la Música para los Reales FuegosArtificiales del gran  compositor alemán, afincado en Inglaterra.
En esta ocasión y como ya viene siendo tradicional en los últimos años, escuchamos gracias a Ibermúsica en su concierto extraordinario de Navidad, un “Messiah” de corte camerístico-lejos de la tradición decimonónica de interpretarlo con un coro y una orquesta masivos- con un conjunto-consort– de instrumentos de época, reducido pero transparente, de una impecable afinación y una musicalidad extrema.El bajo continuo formado por un clave, violonchelo, fagot, y órgano estuvo sensacional, y la cuerda espléndida.
En cuanto a los solistas destacaron las voces femeninas: la excelente soprano Keri Fuge, de bello timbre, gran volumen, facilidad en el agudo y delicado fraseo y la imponente contralto en presencia y voz   Hilary Summers, de registro medio-grave oscuro ,formidable, lleno de armónicos y muy ajustada al estilo, cantando con detallismo y recogimiento sus recitativos y arias.
Correctos tenor y bajo.

Formidable el coro de 18 voces, modélico tanto en su dicción, como en empaste, ataques y prestación dinámica.
Y por supuesto, el torrente de suprema belleza del Messiah, fue debidamente encauzado por la magistral batuta de Robert King, que impuso un fraseo variado, contrastado, a la par delicado y enérgico, cuidando con mimo  los recitativos y los accompagnatos,   logrando siempre   un admirable y prístino acompañamiento instrumental en las bellísimas arias. Los números corales fueron impecables, idiomáticos, emotivos, dramáticos. En definitiva , una velada musical esplendorosa donde lo espiritual y lo artístico estuvieron absolutamente fusionados. Y por cierto, el celebérrimo Alelullah! fue interpretado con un colorido, una elegancia y una brillantez apoteósica, al igual que el bellísimo “Amen” fugato broche final de este oratorio, obra capital de la historia de la Música y del Arte. Inolvidable.

LUIS AGIUS

  • Il Pirata, de G.Bellini, Opera (Melodrama) en dos actos.Libreto de Felice Romani.
  • Producción del Teatro Real de Madrid en coproducción con el  Teatro alla Scala de Milán
  • Elenco
  • Sonya Yoncheva (Imogene)
  • Javier Camarena (Gualterio, il pirata)
  • Georges Petean (Ernesto)
  • Direecció de Escena: Emilio Sagi
  • Escenografía: Daniel Bianco
  • Coro y Orquesta del Teatro Real
  • Maurizio Benini, dirección musical

Teatro Real de Madrid, función del 12 de Diciembre de 2019

El Teatro Real de Madrid, en coproducción con nada menos que el Teatro alla Scala de Milán, uno de los teatros de Ópera más prestigiosos del mundo,  presenta una nueva producción de otro título del bel canto, «Il Pirata» (1827) de Bellini, contando con dos cantantes  protagonistas de auténtico lujo, dos estrellas del panorama internacional, la soprano búlgara Sonya Yoncheva y el tenor mexicano Javier Camarena.

Yoncheva y Camarena se lucen en sus  respectivos roles protagonistas, (innegablemente plagados de erizadas dificultades técnico-vocales) , salvando una ópera muy discutible en lo musical y que no es la primera ópera romántica como se afirma en el programa de mano,  ya que este honor debería corresponder en puridad al maravilloso Cazador Furtivo (1821) de Carl Maria von Weber , ópera mucho más bella, convincente e interesante, tanto musical como dramáticamente, que Il Pirata, un auténtico melodrama decimonónico, que está lejos en interés, por su débil trama, incluso de otras óperas “belcantistas” del propio Bellini (I puritani o Norma)

En cuanto a la sensacional pareja protagonista mencionada, estuvo mejor en su actuación la gran Sonya Yoncheva, más versátil, mejor intérprete, dramáticamente con más recursos como actriz, y con mayor técnica en la coloratura (descomunales y límpidos agudos, puro cristal,)  pero también con un registro medio-grave aterciopelado, rico en armónicos, y en las  agilidades, que Camarena, que, sin duda, es un extraordinario tenor, que despliega grandes medios vocales (con facilidad extrema en el do de pecho)y canta con pasión, arrojo, entrega y sensibilidad, pero en el que su presencia escénica dista mucho de ser eficaz, ya que  resulta anticuado, con gestos pasados de moda y muy convencionales. Como actor, hoy por hoy, es muy limitado y no nos hace olvidar al gran Alfredo Kraus ni a Juan Diego Flórez en este repertorio, el único que se le conoce al mexicano por el momento.

Sólida, correcta y convencional puesta en escena de Emilio Sagi que no consigue, sacar, sin embargo, del marasmo del tedio algunos pasajes de la ópera, lastrada por  un flojísimo libreto-si bien hay intermitentes pasajes musicales de notable belleza-y pródiga en números ramplones. Sagi, pese a todo, tiene evidentes aciertos parciales, como  por ejemplo, la estupenda escena final de Imogene, muy bien resuelta.

Musicalmente, en todo caso, solo hay un bellísimo dúo de Gualtiero e Imogene de primerísimo nivel y de una belleza incuestionable en el primer acto.
Espléndida escenografía de Daniel Bianco, que crea un sugerente espacio escénico, dotado de profundidad, y de una interesante doble perspectiva, ya que el suelo, y por consiguiente los figurantes, coro y cantantes se reflejan en el techo de la estructura escenográfica (que es móvil, ampliándose o estrechándose según las demandas de la acción dramática y que permite contemplar unos fondos algo convencionales, pero de gran solvencia visual), en todo caso muy funcional y elegante, y muy resolutiva y vistosa en el segundo acto, especialmente en el final de la Opera.

En cuanto al resto del elenco vocal, correcto el barítono Petean como Ernesto, si bien  algo tonante y pésimo y estatuario actor.

Comprimarios muy discretos en sus irrelevantes roles.

Desigual actuación del Coro, con exceso de volumen y escasa sutileza en algunos momentos, si bien con  notables intervenciones (como el coro de piratas del primer acto o el de doncellas del segundo) 

Fogosa,  modélica e idiomática dirección  musical de  Maurizio Benini, con tempi muy adecuados para el desarrollo de la acción y  cuidadosos acompañamientos, de   delicado fraseo y detallismo en las arias y dúos.Muy bien planificados los números concertantes. Las cabalettas  de las arias muy brillantes y vivaces, como mandan los cánones canoros del siglo XIX.

Grandes y justificadas ovaciones  para Yoncheva y Camarena, sin cuyas privilegiadas voces, dotadas de gran belleza y acreedoras de una portentosa técnica vocal, una ópera como Il Pirata sería difícilmente sostenible en cartel.

©LUIS AGIUS

  • Piotr Ilich Tchaikovsky: “Cascanueces” Op 71, ballet en dos actos
  • Compañía Nacional de Danza
  • Solistas:Cristina Casa/Angel García Molinero
  • Maria Kochetkova (hada de los confites)/Alessandro Riga (Príncipe)
  • Coreografía y dirección escénica: José Carlos Martínez
  • Escenografía: Monica Boromello
  • Iluminación: Olga García Sánchez
  • Ortuesta de la ORCAM
  • Manuel Coves, Director musical

ESTRENO, 10 de Diciembre de 2019.Teatro de la Zarzuela.

Dentro de la programación de la Temporada 19/20 del Teatro de la Zarzuela, se representa en Madrid hasta el 22 de Diciembre uno de los ballets más importantes y bellos de la historia del género: el Cascanueces, op 71 de Tchaikovsky, el último de sus tres grandes e inmortales ballets de estilo y corte romántico que legó a la posteridad (los otros dos títulos, que no precisan presentación, son «La bella durmiente» y en especial «El lago de los cisnes«). Únicamente en el siglo XX otro ballet con una música tan espléndida como la de Tchaikovsky alcanzó tal esplendor en los teatros, «Romeo y Julieta» de Prokofiev y en el siglo XIX «Giselle» de Adam y Coppelia y Sylvia de Delibes resisten la comparación. “Cascanueces”, se representa tradicionalmente en Rusia, centroeuropa y EEUU vinculado a la Navidad, debido a su temática. En esta ocasión,  nos es ofrecido por la Compañía Nacional de Danza, en un brillante , elegante, clásico y sensible montaje debido a la coreografía y puesta en escena del experimentado director y coreógrafo José Carlos Martínez-anterior director de la CDN desde 2011 hasta 2019-, con una espléndida pareja protagonista, Cristina Casa y Angel García Molinero, y una formidable pareja de solistas, Maria Kochetkova y Alessandro Riga en los roles de Hada de los Confites y el Príncipe  respectivamente y con una vistosa y original escenografía de Mónica Borromelloy espléndida iluminación de Olga García Sánchez.

A destacar la estupenda pareja protagonista, Cristina Casa y Angel Gª Molinero en los roles de Clara y Fritz, y en especial y la formidable de solistas Koçchetkova y Riga, que lucieron su técnica portentosa y su refinamiento en el inmortal Pas a deux del Segundo Acto.

Muy bien los comprimarios  y el cuerpo de baile de la CDN gracias a la sensacional coreografía de Martínez , clásica, elegante equilibrada,   muy bien resuelta en los aires nacionales (danza rusa, danza, china, danza árabe, Pastoral, etc)
En efecto, tanto la coreografía como la puesta en escena han cumplido con las expectativas del público madrileño, y han plasmado la atmósfera de fantasía, sueño, y refinamiento que la soberbia partitura musical  de Tchaikovsky requieren.

La orquesta respondió con y solvencia, delicadeza y brillantez  los requerimientos de la batuta de Manuel Coves, que acertó en los tempi, y en la acentuación y fraseo. Destacó el viento -madera excelente, y el bellísimo fraseo de los danzas características: «danza española, rusa (trepak), danza china. «La “danza árabe” tuvo una interpretación sublime, detallista y sugerente.

Respecto de la puesta en escena, las acciones físicas y los juegos de magia estuvieron muy bien resueltos. La elegante escenografía de Bortomello, muy original en su sencillez, sirvió de marco perfecto a la acción del ballet. Excelente la iluminación, con un bellísimo contraluz en el segundo acto.

En definitiva, una versión de notable calidad de la CDN, que  nos hace augurar otros excelentes montajes en el futuro.

© Luis Agius

versailles- alexandre tharaud

“Versailles”

Famosas y  grandes obras para teclado del barroco francés: Rameau, François Couperin, Royer, Lully, D´Anglebert, Duphly y Balbastre

ALEXANDRE THARAUD, piano

Sabine Devieilhe, soprano

Justin Taylor, piano

ERATO 0190295386429

El excelente y versátil pianista francés Alexandre Tharaud nos deleita de nuevo de la mano del sello ERATO, con el repertorio que sin duda mejor domina y donde nos ofrece  lo mejor de sí mismo como músico: el repertorio barroco francés. Es bien cierto que esta música de los siglos XVII y XVIII correspondiente a grandes compositores como Couperin, Rameau, Royer, Lully etc,  vinculados de una u otra manera a la Corte de Versalles, tanto durante el extenso reinado del despótico y arrogante Luis XIV, como del frívolo Luis XV, estaba destinada al clave porque el piano no existía en el siglo XVII, ni en la primera mitad del siglo XVIII, pero esto no debe suponer reducir el conocimiento, la difusión ni la interpretación de estas hermosísimas músicas, dejándolas solo en  manos de los clavecinistas, sino que los pianistas pueden y deben interpretar con criterios historicistas y rigurosos estas obras en un gran piano de cola moderno, con la posibilidad así de ofrecer un amplio espectro dinámico y numerosos matices y colorido que son imposibles en el clave – donde sea cual sea la pulsación, no permite la diferencia “forte-piano”- sin merma de su calidad y naturaleza. Tharaud logra este objetivo con una interpretación límpida, cristalina, elegante, virtuosística, dotada de  los adornos adecuados, una cuidada y variadisima acentuación, absoluta claridad expositiva, sabio uso del pedal y bravura, brillantez y apasionamiento cuando la pieza lo requiere. Este registro es un festín musical lleno de bellezas, que se pueden alternar en el piano o en el clave en cuanto a su audición pero que el melómano debe conocer y disfrutar. A destacar las piezas de Rameau (Prelude suite in a minor, Le rappel des oiseaux) François Couperin “el Grande”,( impresionante Pasacaille), Royer (maravillosas sus piezas  L´aimable  y La Marche des Scythes) así como Balbastre, y las Variaciones sobre las Folías de España de D´Anglebert. También se nos ofrecen como complemento una bellísima aria de la ópera “Las Indias galantes” de Rameau y una versión a 4 manos de la célebre pieza “Les sauvages” de la misma ópera. Sensacional grabación, fiel, transparente, y natural. Recomendación absoluta.

LUIS AGIUS