© Gisela Schenke

UN GRAN CAPITÁN AL TIMÓN DE LA ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA

DAVID AFKHAM: “TODOS DEBEMOS TRABAJAR JUNTOS EN LA MISMA DIRECCIÓN”

David Afkham es Director Titular de la Orquesta y Coro Nacionales de España desde hace cinco años y recientemente ha sido nombrado por el INAEM asimismo Director Artístico. El maestro Afkham, cuyo talento y capacidad ha demostrado sobradamente en su puesto, abre amablemente las puertas de la Orquesta Nacional al Parnaso de las Artes y conversamos con él sobre el futuro de la OCNE y otros temas musicales, como la labor del director de orquesta, el trabajo con los músicos, el panorama musical internacional, etc. David Afkham no  es solamente un sólido y extraordinario director de orquesta- y músico experimentado pese a su juventud- sino que se muestra como un auténtico humanista, preocupado por el papel de la música como elemento integrador y potenciador de la fraternidad entre los seres humanos y vehículo de mejora de la vida social.

PARNASO.-Muchas gracias,David por abrir al Parnaso de las Artes las puertas de la Orquesta y Coro Nacionales de España y atender nuestras preguntas ¿Su nuevo nombramiento como director artístico además de musical de la OCNE es el mayor reto de su carrera hasta el momento?¿Cómo lo afronta?

DAVID AFKHAM.- Sin duda,este nombramiento es el mayor reto de mi carrera profesional.En primer lugar, es una gran alegría pero también una enorme responsabilidad.Tengo que hacerme cargo no solo de la orquesta y el coro  y los conciertos sinfónicos sino también del ciclo satélites,la programación didáctica, etc,. Tengo muchas ideas para desarrollar y sobre las que me gustaría trabajar para próximas temporadas (Nota del Parnaso: la próxima temporada 19/20 ya se había elaborado por el anterior equipo.David Afkham ha comenzado a  diseñar la programación para la temporada 20/21 y sucesivas)

PARNASO.– Personalmente David, como director ¿usted prefiere el trabajo permanente con una orquesta o enfrentarse como director invitado cada semana a una orquesta diferente?

D.AFKHAM.- Prefiero el trabajo día a día como director titular. Como músico, es un lujo el hecho de que tenga a mi disposición una orquesta y coro como la OCNE, es un regalo de Dios, no sé cómo expresarlo. El trabajo,el contacto diario con los músicos de la orquesta me permite trabajar en profundidad a nivel artístico y conectar con los músicos. Como director invitado de una gran orquesta , está muy bien, es una buena experiencia, pero diriges un par de conciertos y ahí termina todo. Personalmente me gusta trabajar con profundidad los aspectos musicales, con contenido, con detalle y transmitir lo que quiero de los músicos con energía .En los últimos cinco años creo que la Orquesta y el Coro han cambiado. En esta temporada con la Sexta de Mahler o la Séptima de Shostakovich  se ha podido ver, he quedado muy satisfecho. La experiencia de hacer música con mi orquesta y crear y hacer crecer la música tocando juntos se ha podido comprobar y ha dado un resultado extraordinario. Además, no se trata solo de tocar notas, sino de conectar con la sociedad, de ser embajadores de la cultura, de ser transmisores de sensibilidad y espiritualidad sobre todo en estos tiempos donde en el mundo hay más nacionalismo, más violencia… Sin cultura no conseguimos nada.

PARNASO.- Cuando Karajan asumió  en 1955 la titularidad de la Filarmónica de Berlín dijo: ”seré un dictador” y lo cierto es que la convirtió quizá en la mejor orquesta del siglo XX. David, como director de orquesta ¿está de acuerdo con esta afirmación o prefiere un modelo de director más conciliador, estilo Claudio Abbado?

D.AFKHAM.- La cuestión es ser “primus inter pares”  para ser un buen líder, un buen jefe. El poder para mí no debe ser vertical , sino horizontal. Hay que escuchar y dialogar. Yo escucho y doy oportunidad de expresarse a los otros y de tener una responsabilidad. Soy idealista pero no soy utópico. La decisión final sobre lo que hay que hacer es mía, bajo mi responsabilidad, pero a partir de un diálogo, y basado en un diálogo de todos, músicos, técnicos, administración, etc, todos creyendo y trabajando, y estando identificados con un proyecto, con un ideal y todos conectados. Y yo necesito un director técnico que haga posible todo esto.

David Afkham Gisela Schenker_2
David Afkham Director Titular de la Orquesta y Coro Nacionales © Gisela Schenke

PARNASO.- Por ejemplo, ¿en qué aspectos concretos? ¿Giras internacionales? ¿También con el intercambio con otras orquestas? En el pasado se dijo que no era posible.

DAVID AFKHAM.- Cierto, pero eso es el pasado. Yo necesito ahora un director técnico que haga posible todo esto. Tenemos que probar a hacer intercambios con otras orquestas, incluso con orquestas jóvenes, como tengo pensado.

PARNASO.– David ¿cuál es a su juicio el repertorio que la ONE debe abordar más, en el que  más tiene que mejorar?

D.AFKHAM.- Sin duda el repertorio clásico, Haydn, Beethoven, Schubert. Después de la temporada 19/20 necesitamos tocar Beethoven. No tenemos un lenguaje musical unificado o definido en  este estilo. También Haydn y Mozart por supuesto. El repertorio clásico es fundamental en una orquesta, pues se trabaja la afinación, el ataque , el estilo, etc. Quiero hacer también Schumann, se ha tocado poco en los últimos años. Ha habido bastante Mahler o Shostakovich, pero ha faltado algo más de repertorio del romanticismo y clásico.Y también es preciso conectar esta idea con el ciclo satélites (música de cámara)

PARNASO.– Dado el envejecimiento patente del público melómano asistente a los conciertos de la OCNE y en general a los conciertos sinfónicos en España y otros países ,  ¿cómo cree que es posible atraer a los jóvenes a las salas de concierto?

D.AFKHAM.– Lo primero es abrir las puertas de la orquesta a los jóvenes y tocar al aire libre, en un espacio nuevo y buscar repertorio desde la perspectiva de los jóvenes ¿Por qué no tocar una ópera para los jóvenes? ¿Por qué no trabajar con el Prado o el Reina Sofía? Hay muchas posibilidades de crear conciertos nuevos, en otros formatos diferentes.

PARNASO.-David, ¿qué obra musical que no ha dirigido todavía le gustaría dirigir?

D.AFKHAM.- Muchas, no lo sé, es difícil decirlo,  creo que la Novena de Mahler y el Anillo del Nibelungo de Wagner, desde luego, pero son tantas obras….

PARNASO.– David, ¿cómo ve el panorama internacional de la música clásica? ¿Goza de buena salud o está en retroceso?

D.AFKHAM.– La música clásica no está en retroceso. Es un lenguaje internacional. Yo veo diferentes estilos de conectar con el público en el panorama musical. En todo caso, depende mucho de los países y de los recortes económicos. Hay que luchar contra esos recortes. La música es esencial para la sociedad, es una forma de comunicación social que hay que defender.

PARNASO.– ¿Considera importante que una orquesta dedicada al repertorio sinfónico toque ópera?

D.AFKHAM.- La Ópera es muy importante. La OCNE ha tocado en versión de concierto algunas óperas, “El holandés errante”, de Wagner, etc. Tocar ópera da la oportunidad de conocer a la orquesta sinfónica nuevos repertorios y tomar un nuevo impulso. Así la orquesta  escucha y conecta con las voces del mismo modo que ocurre con la música de cámara.Hay cuestiones importantes, balance, equilibrio, transparencia. El sentido del texto también es importante.

PARNASO.- ¿Cual es el repertorio en el que se encuentra más cómodo como director?

D.AFKHAM.- Mi repertorio preferido es el clásico-romántico  especialmente Schubert, Schumann, Beethoven, Brahms. También me gusta la Segunda Escuela de Viena, en particular Alban Berg, algunas páginas impresionistas,  y la música española, Falla y Granados, que estoy estudiando ahora.

PARNASO.– David, permítame ahora que le plantee un pequeño “juego” que creemos  muy interesante para los lectores del Parnaso y es que nos comente, desde su gran experiencia y conocimiento como director de orquesta, con una sola palabra, y de forma espontánea, lo que le sugieren las grandes obras musicales que voy a mencionarle:

Mozart “Requiem” 

Haydn  “La Creación”

Beethoven, Novena Sinfonía 

Schubert “Incompleta” 

Brahms “Cuarta Sinfonía”

Wagner “Tristán e Isolda”

Mahler “La Canción de la Tierra”

Schoenberg  “Noche transfigurada”

Stravinsky  “La Sacre du Printemps”

Bartok  “Concierto para orquesta” 

Shostakovich “Décima Sinfonía”         

Ligeti  “Lontano”

“Luz”

“Alegría de vivir”

“Humanismo”

“Cielo e Infierno”

 “Carlos Kleiber”

“Un pilar, profundidad”

“Misticismo”

“Gestalt”

“Revolución»

“Genio”

“Sociedad”

“Creación de Mundos”

Muchas gracias David, le deseamos el mayor de los éxitos al frente de la Orquesta y Coro Nacionales de España.

©LUIS AGIUS

JOAN MATABOSCH DESMIENTE LOS RUMORES SOBRE SU MARCHA DEL TEATRO REAL: “Mi compromiso con el Real es absoluto”

El Parnaso de las Artes conversa con el director artístico del Teatro Real de Madrid

Joan Matabosch es actualmente Director Artístico del Teatro Real, cargo que ocupa desde hace varios años. Anteriormente lo fue, con gran éxito, del Liceo de Barcelona. Matabosch, una de las grandes personalidades de la música y la ópera de nuestro país se acerca al PARNASO DE LAS ARTES y responde a las diversas cuestiones que le planteamos sobre su experiencia operística, la temporada del TEATRO REAL y el panorama operístico internacional.

PARNASO.-Muchas gracias, Joan por visitar el Parnaso de las Artes es un gran honor para esta revista ¿Cómo valora el desarrollo de la actual temporada del Real? ¿Está satisfecho? ¿Cómo está valorando la respuesta del público, en particular respecto a los montajes de Fausto, Turandot, El Oro del Rhin e Idomeneo?

JOAN MATABOSCH.- La respuesta del público es extraordinaria. Las ocupaciones de las diversas óperas de la temporada superan el 93%. Pero la valoración artística de la temporada no creo que me corresponda a mí hacerla. Desde luego, estoy muy contento con el hecho de que en los últimos meses hayamos acogido y creado puestas en escena de directores tan relevantes como Robert Wilson, Peter Sellars, Robert Carsen y La Fura dels Baus; y con directores de orquesta como Ivor Bolton, Pablo Heras-Casado y Nicola Luisotti. Además, me produce una gran satisfacción el estreno absoluto de “Je suis narcissiste” de Raquel García-Tomàs, con libreto de Helena Tornero y puesta en escena de Marta Pazos, en colaboración con el Teatro Español y el Teatre Lliure.

PARNASO.– A lo largo de los años que lleva ya en Madrid, ¿qué elemento destacaría del Teatro Real que es radicalmente distinto al Liceo de Barcelona?

JM.- Es muy diferente el funcionamiento del coro y la orquesta porque en el Liceu forman parte de la plantilla del teatro mientras que en el Teatro Real la orquesta funciona a través de un régimen de cooperativa (la Orquesta Sinfónica de Madrid) con un acuerdo estable con el teatro; y el coro también es un colectivo externalizado. Esto tiene consecuencias organizativas importantes en la confección del planning. Por lo demás las diferencias entre el Liceu y el Real son enormes porque sus historias artísticas e institucionales son muy diversas.

PARNASO.- Joan, en relación al público madrileño, ¿considera que se trata de un público que se adapta bien a las óperas y los montajes de vanguardia o se trata de un público conservador?

JM.-En todas partes, una gran parte del público suele apreciar más lo que ya conoce, pero a medida que el teatro cumple con su responsabilidad de dar a conocer nuevas estéticas musicales y dramatúrgicas, el público las incorpora dentro de su horizonte de expectativas y eso que considerábamos “lo que ya conoce” de repente incluye un abanico mucho más amplio, rico e interesante de propuestas. Una de las responsabilidades de un teatro es contribuir a la evolución del gusto del público. Y eso es lo que pretenden las temporadas del Teatro Real.

JOAN MATABOSCH

PARNASO.– ¿Con qué teatro ópera a escala mundial es comparable el Real o a cuál le gustaría que se pareciera por idoneidad y calidad de la programación?

JM.-El Teatro Real tiene que ser él mismo. No hay modelos automáticamente aplicables a la coyuntura de Madrid. No siempre coinciden los teatros que cuentan con los mejores cantantes del circuito internacional; tienen un gran nivel musical por la calidad de su orquesta y coro; y al mismo tiempo son un ejemplo de creatividad, innovación y renovación. Y el Teatro Real quiere ser todo eso a la vez.

PARNASO.– Dadas las magníficas condiciones del Teatro Real en su aspecto escénico y a su extraordinaria acústica, por él han pasado un gran número de formidables directores de escena y grandes cantantes, si bien menos batutas de renombre, a tenor de las quejas de algunos críticos y melómanos ¿A qué cree que ha sido debido esto?

JM.-Me puedo imaginar muy pocas batutas con más renombre que las de Ivor Bolton, Nicola Luisotti, Pablo Heras-Casado, Daniel Oren, Semyon Bychkov o James Conlon, todas ellas presentes en las últimas temporadas en períodos generosos de trabajo intenso con la orquesta y el coro. Si se refiere al provinciano desfile de divos que pasan ocasionalmente por el podio de algunos teatros, me puedo imaginar pocas cosas que me interesen menos. Eso no tiene el más mínimo interés para el teatro ni contribuye en nada a mejorar el nivel artístico. Es pura mitomanía para públicos y críticos aquejados de complejo de inferioridad.

PARNASO.- A lo largo de la Historia de la Opera, se han sucedido diversos “liderazgos” o preponderancias: en el siglo XVIII y parte del XIX los cantantes, posteriormente , hasta finales del XIX ( hasta  la muerte de Verdi en 1901)los compositores , en el  siglo XX los  directores musicales,  especialmente tras la Segunda Guerra Mundial, (por ejemplo Herbert von  Karajan) en los años 70-80  vuelta a los cantantes divos , mientras que en el  siglo XXI parece que imperan los criterios de los  directores de escena ¿Cómo valora esta sucesión de “liderazgos”, cuando la Opera es un trabajo en equipo?

JM.-Discrepo de esta disección de la historia de la ópera planteada como una sucesión de “liderazgos” de los cantantes, los directores de orquesta y los directores de escena. Supongo que estas simplificaciones pueden ser atractivas para algunos, pero no se corresponden a la realidad. Una buena representación de ópera es siempre un trabajo en equipo al que tienen que contribuir no solo los directores de escena, los directores musicales y los cantantes, sino también los numerosos oficios técnicos que cohabitan en un teatro y que son determinantes para la excelencia del resultado final. Otra cosa es que determinados públicos se interesen más por alguno de los aspectos integrantes del espectáculo. Hay quien reduce la ópera a la excelencia de los cantantes. Tienen todo el derecho a disfrutar exclusivamente de la voz humana, desde luego. Pero no deja de ser una enorme limitación comparada con la complejidad de la experiencia artística que puede suministrar una buena representación de ópera. Lo mismo se puede decir de lo escénico. Hay quien reduce la ópera a la creatividad estrictamente visual y que incluso prefiere que una propuesta sea nueva a que sea pertinente para expresar el sentido de una obra. Desde luego que la novedad es una condición para el arte, pero las cosas no son mejores ni peores por el hecho de ser diferentes a como siempre se han hecho. El punto de partida de la excelencia es un trabajo en equipo liderado conjuntamente por los responsables musical y escénico, con un equipo de cantantes bien seleccionado y cohesionado para defender la propuesta.

PARNASO.– Si tuviera que hacer un ejercicio de autocrítica, ¿qué mejoraría Joan Matabosch de los aspectos artísticos del Teatro Real?¿cree que sería deseable mejorar el nivel de la orquesta o el coro titulares del teatro?¿trabajar con más directores musicales? ¿buscar nuevos títulos más accesibles al gran público o por el contrario más inhabituales?

JM.-Siempre hay que mejorar. Por mucho que se haya llegado a una excelencia incontestable y reconocida internacionalmente, hay que mejorar. Siempre hay margen para una mejora. Otra cosa es que éste sea un país con sorprendentes dificultades para valorar, respetar y enorgullecerse de lo que tiene. En cuanto a los títulos inhabituales que menciona, desde luego que hay que insistir en la ampliación del repertorio del teatro. Es un objetivo irrenunciable de la programación.

PARNASO.– Los programadores y directores artísticos tienen que contentar a todos los públicos y ofrecer tanto óperas del repertorio como óperas de vanguardia que no son del gusto del público más conservador. Por otro lado, es obvio que estamos en un momento en el que prima la concepción de la cultura como espectáculo y además  como espectáculo trivial¿Cómo ve Joan Matabosch el panorama cultural en España en este aspecto y en general?

JM.-Vivimos épocas en las que ciertamente hay que tener muy claros los objetivos para orientar artísticamente un teatro. El Teatro Real no va a caer en la trampa de confundir el “arte” con el “espectáculo”. Un producto artístico tiene algo de “espectáculo” pero no es solo ni substancialmente un espectáculo. Para entendernos, las farolas del mobiliario urbano pueden ser estupendas por su diseño espectacular pero nadie las considerará aceptables si no cumplen su función primordial de iluminar. Un teatro, tampoco.

PARNASO.- Joan, ¿Qué ópera u óperas le gustaría programar que no haya hecho hasta el momento y por qué?

JM.-Hay un largo listado de óperas pendientes de ser programadas en el Teatro Real. La historia accidentada de la institución, con largos períodos en los que el teatro ha permanecido cerrado, ha favorecido que haya muchas asignaturas pendientes. Estamos en ello.

PARNASO.- Cuando diseña una programación, al escoger los títulos, ¿“prima la música o poi le parole” o viceversa?

JM.- Las decisiones artísticas no se pueden tomar independientemente las unas de las otras. Cuando se confecciona un producto, las decisiones deben ser coherentes y pensadas para sirvan al objetivo que se pretende. Al escoger los títulos es además imprescindible que haya en la temporada un sentido del equilibrio: novedades y obras exigentes, y también un espacio para el repertorio.

PARNASO.– ¿Cuándo veremos a Anna Netrebko , Jonas Kauffman o Elina Garanca en una función de ópera en el Real y no solo en recitales? ¿es solo un problema económico?

JM.-Esta temporada vamos a ver a Piotr Beczala,  Jaroussky, Ludovic Tezier y otros muchos cantantes de primera fila. En otras temporadas tendremos otros grandes cantantes. Siempre habrá algunos grandes cantantes presentes en la temporada, y otros que no estén. La mitomanía no es algo que me interese especialmente como responsable de la gestión de una institución. Como público, me parece estupendo que haya quien pierda la cabeza por algún gran artista o incluso por algún producto de marketing de los que tristemente tanto abundan en el panorama operístico del momento. Todo es muy respetable, pero no me pida que me lo crea, que ya llevo en este negocio demasiados años como para no saber discernir entre una cosa y la otra.

PARNASO.- Se rumorea que puede usted cambiar de aires en los próximos tiempos ¿se siente a gusto en Madrid? ¿En qué otro teatro de ópera le gustaría desarrollar su labor?

JM.-No tengo la más mínima intención de cambiar. Ignoro si hay rumores al respecto pero le aseguro que no tienen ninguna base. El Teatro Real es una institución extraordinaria y mi compromiso es absoluto. Es inevitable que el éxito del Teatro Real provoque un gran respeto por su equipo en otras instituciones internacionales hasta el punto de ambicionar incluir ciertos nombres entre las alternativas para dirigirlas. Esto no son más que buenas noticias para el Teatro Real. Tener cotización, y que se sepa que la cotización es alta, no hace ningún daño. Ni es incompatible con tener claro que las energías están puestas en el Teatro Real.

PARNASO.- Si pudiera contar con un gran cantante del pasado para un montaje en el Teatro Real, ¿ a qué cantante le ofrecería un papel sin pensarlo ni un instante?

JM.-Le ofrecería un papel a muchos cantantes del pasado, desde Maria Callas a Montserrat Caballé o Teresa Berganza, por centrarnos en voces femeninas, siempre que el proyecto se ajustara a sus características y su presencia pudiera contribuir a reforzar el sentido artístico de la propuesta. En los casos de estas grandes artistas, sin duda valdría la pena construir un proyecto alrededor de ellas, lo que, por cierto, no puede decirse de casi ningún cantante de las generaciones siguientes.

PARNASO.– Muchas gracias Joan, le deseamos todo el éxito en su apasionante labor en el Teatro Real.

LUIS AGIUS, director de El Parnaso de las Artes.

IDOMENEO,” de Wolfgang Amadeus Mozart ópera en tres actos

Munich, 1781

Libretto:Abate Varesco

Función del 25 de Febrero de 2019,

Teatro Real de Madri

Producción de la Canadian Opera Company,Opera di Roma y Opera Real danesa y Teatro Real

Dirección de escena:Robert Carsen

Escenógrafo Luis F.Carvalho

Director de movimiento figurantes Marco Berriel

 

Elenco

Idomeneo Eric Cutler

Idamante David Portillo

Olia Annete Fristch

Elettra Eleonora Buratto

Arbace Benjamin

 

Coro y Orquesta del Teatro Real

Ivor Bolton, director musical

Posiblemente el mayor compositor de la historia de la ópera fue Mozart.De entre sus espléndidas 21 óperas, la primera que podemos calificar de obra maestra absoluta y de “madurez”, vastas dimensiones, con inclusión de grandes coros, magníficas arias, y números concertantes sublimes  es “IDOMENEO, rey de Creta”, una tragedia con libreto del abate Varesco, con el que Mozart tuvo muchas dificultades, que sin embargo el genio de Salzburgo sorteó con soltura,  ofreciéndonos como resultado una ópera formidable, la última ópera “seria” en el sentido de la ópera francesa del siglo XVIII y la cultivada por Gluck y los compositores franceses e italianos, llena de recitativos que detenían la acción dramática, superándolos con creces,.En Idomeneo si bien esos recitativos se incluyen por Mozart previos a las arias,, están adornados o limitados por acompañamientos ciertamente melódicos, que crean una atmósfera dramática, para dar lugar a continuación a soberbias arias o coros.

La interpretación que tuvimos ocasión de ver y escuchar en el Real fue debida de nuevo al prestigioso director de  escena Robert Carsen que volvió a ofrecernos como en el caso anterior (El oro del Rhin) una puesta en escena, trasladada a otra época, en esta caso a la época actual.Se trató de una puesta en escena limpia, con proyecciones convencionale (mar, playa, oleaje, etc) que no molestaron al espectador, pero un tanto feísta en el vestuario y escaso atrezzo, ambientada en un supuesto  conflicto bélico en el Oriente Próximo, y donde los troyanos aparecían como inmigrantes e Idomeneo e Idamante los cretenses, con el ejército de una potencia europea, que les impide el paso a Europa. El movimiento de soldados, e inmigrantes-troyanos, con un nutridísimo número de figurantes en algunos momentos fue caótico y en otros bastante rígido, confuso en general. En todo caso, si bien esto fue ajeno a la música por completo y nada aportó a la eximia ópera mozartiana, el triunfo de la propia música y de los cuatro cantantes principales , tanto las sopranos Fritsch como Ilia y la mezzo Burlatto como Eletrra y los tenores Cutler como Idomeneo y Portillo como Idamante, todos en muy buen nivel, -especialmente las solistas femeninas, ambas de bello timbre y magnífica prestación vocal y teatral-, nos hicieron olvidar la convencional puesta en escena (con aciertos parciales, como la sombra de Idomeneo trágica y desafiante ante Neptuno, o los chalecos salvavidas desperdigados por escena, etc) y centrarnos en lo que de valor tuvo la función que fue la música.Por otro lado, el Coro del Teatro Real, con demasiados efectivos, cantó con efusión pero resultó un tanto plano y excesivamente masivo, chillón en ocasiones, máxime si tenemos en cuenta que la orquesta estaba reducida a la  plantilla habitual en Mozart (unos 60 músicos). Ivor Bolton dirigió con nervio, vis dramática, y fidelidad al estilo, marcando el ritmo muy acertadamente, con tendencia a la cuadratura, insuflando la debida emoción a la música de Mozart, si bien en algunos momentos le faltó refinamiento y exquisitez en el acompañamiento a los cantantes y los tapó con un excesivo volumen orquestal. En definitiva, lo mejor, el gran, eterno e irrepetible Wolfgang Amadeus Mozart, que se impuso a los hombres, frágiles y volubles y a la cólera injustificada de los dioses.

LUIS AGIUS

Por Luis Agius

EL ENIGMA DE LEA: «EL EXITO DE UNA OPERA DE VANGUARDIA NO ES UNA POSIBILIDAD SINO UNA REALIDAD»

Rafael Argullol (1949) es ensayista, escritor, pensador, catedrático y autor del texto que sirve de base a la ópera “El Enigma de Lea”, a la que ha puesto música el compositor Benet Casablancas y que se ha estrenado en el Liceo de Barcelona con gran éxito de público y división de opiniones en la crítica.
Argullol, una de las grandes personalidades de la cultura de nuestro país, se acerca al PARNASO DE LAS ARTES y responde a las cuestiones que le planteamos sobre su experiencia operística y sobre su obra “El enigma de Lea” que ha publicado la prestigiosa editorial Acantilado.

PARNASO: Muchas gracias, Rafael por visitar el Parnaso de las Artes, es un gran honor para esta revista. ¿Qué lo motivó a escribir un texto para una ópera y por qué no le gusta llamarlo “libreto”?

R. A.: Sencillamente porque no lo es. En noviembre de 2011, Benet Casablancas me propuso hacer una ópera sobre un texto mío ya existente. Me quedé un tanto sorprendido y después pensé que era mejor escribir un texto nuevo y original. Desde el principio, Benet y yo mismo acordamos que debía tratarse de una ópera en la estela de Monteverdi, en la que la música y la poesía estuvieran en pie de igualdad. Si concebimos la ópera no como un mero soporte textual, el concepto de libreto es desafortunado y peyorativo. Con El Enigma de Lea, se trataba de recuperar el espíritu de la ópera, donde el texto no es un simple complemento. Por ello, mi escrito no se ajusta a la idea tradicional de “libreto”.

Parnaso: Si dijéramos que se trata de un texto no dramático, discursivo y filosófico, ¿estaría de acuerdo con estas afirmaciones?

R. A.: No. Se trata de un texto transversal, que establece una simbiosis continua de sensaciones e ideas. La filosofía para mí es narrativa. Cuando escribo un texto, lo hago pensando en su fusión con la música, en una trama, un argumento que tiene una estructura progresiva. Me parece absurdo una ópera sin ideas

Parnaso: Si nos refiriéramos a las óperas de Mozart-Da Ponte o de Schikaneder-Mozart , es decir , La flauta Mágica, ¿se sentiría identificado con esta forma de creación operística?

R. A.: No. El libreto de la Flauta es muy interesante, caótico, con elementos de iniciación masónicos muy atractivos, pero no me identifico respecto de mi labor en el texto de mi ópera. En el caso de Da Ponte, aun apreciándolo mucho como escritor y libretista, no tiene nada que ver con lo que he hecho junto a Benet Casablancas. De todas formas, tampoco me identifico con un cierto estilo actual de escribir textos para óperas contemporáneas, o “texto collage” a base de fragmentos dispersos o diferenciados, sin estructura. Puedo identificarme, es cierto, con Hugo von Hoffmansthal y con Stefan Zweig con sus textos o libretos para óperas de Richard Strauss, pero indudablemente mi opinión es que debe fusionarse texto y música y no me inspiré en ningún repertorio ni ópera o escritor en concreto.

PARNASO: Rafael, ¿considera usted que la ópera es un medio muy adecuado para la difusión de ideas? ¿Qué supone para un pensador involucrase en el mundo de la ópera, que tiene mucho de espectáculo, querámoslo o no? ¿Qué opina sobre los que critican la introducción de ideas o conceptos filosóficos en la ópera o el teatro, y acusan a los autores de estos textos o libretos de discursivos y anti-teatrales?

R. A.: A los que critican un teatro de ideas los invitaría a leer a los griegos y a Shakespeare. Es una cuestión de ignorancia. Por otro lado, la ópera del siglo XIX me parece un poco anacrónica. La ópera del siglo XXI, entendida como un espectáculo total, hay que acercarla a nuestra época: como no han de ser necesariamente cantables los textos o poesías que contiene, es adecuado que haya conceptos e ideas filosóficas

PARNASO: ¿Qué posibilidades tiene “El enigma de Lea” como ópera de vanguardia de llegar verdaderamente al gran público?

R. A.: No tiene posibilidades o mejor dicho ya es un éxito. El Liceo ha estado lleno a rebosar en todas las funciones y ya no debemos hablar de hipótesis sino de realidades. Una ópera contemporánea ha sido un éxito, que se ha producido, a través del boca-oreja. El resultado ha sido absolutamente satisfactorio. Podría y puede atraer perfectamente al gran público como toda ópera que se haga bien, basta con eso.Tengo esperanzas muy fundadas de que pueda verse en otros teatros.

PARNASO: Sin embargo, el panorama de la ópera, respecto de la ópera contemporánea, es complejo. Los programadores y directores artísticos tienen que contentar a todos los públicos y ofrecer tanto óperas del repertorio en montajes de “cartón piedra” como óperas de vanguardia que no son del gusto del público más conservador. Por otro lado, es obvio que estamos en un momento en el que prima la concepción de la cultura como espectáculo y, además, como espectáculo trivial. ¿Cómo ve Rafael Argullol el panorama cultural en España, en este aspecto y en general?

R. A.: Tanto el panorama cultural como el social lo veo dominado por la trivialidad y la ignorancia. Todo lo que va más allá del impacto parece muy arriesgado, pero, si no se arriesga, es lo mismo que en una clase o una conferencia, si bajamos el listón. Lo que hay que hacer es no ceder a una lectura de la existencia maniquea y trivial. Hay que transmitir la idea de que la Cultura es un instrumento esencial para vivir una existencia más placentera y dichosa. Lo que sucede en España en particular es que la Cultura se ve con menosprecio.Es algo que no he visto en ningún otro país de manera tan acusada. Se puede ser más o menos inculto, pero el nuevo “riquismo” y el simplismo que se traslada también a la política y a la educación es muy negativo. La respuesta está en contrarrestarlo.

PARNASO: Dado el éxito de esta aventura operística, ¿va a escribir Rafael Argullol otro texto para la ópera?

R. A.: Lo cierto es que no lo sé, me gustaría, pero es mucho trabajo y, además, me gusta ir renovándome. Es cierto que he tenido un par de ofertas y quizá es posible

PARNASO: Muchas gracias Rafael, enhorabuena y esperamos en todo caso cualquier otro texto o libro sobre temas filosóficos, estéticos, ensayos, etc. Libros como Viaje al fondo del mar, excepcionales, nos harán la espera más llevadera.

El oro del Rhin” de Richard Wagner opera en Cuatro escenas, Primera Jornada de la Tetralogía

“El Anillo del Nibelungo

Función del 22 de Enero de 2019,

Teatro Real de Madrid

Producción de la Opera de Colonia

Dirección de escena:Robert Carsen

Escenógrafo Patrick Kinmoth

Elenco

Wotan  Greer Grimsley

Fricka  Sarah Connolly

Loge    Joseph Kaiser

Alberich Samuel Youn

Freia   Sophie Bevan

Fasolt  Alexander Tsymbalayuk

Erda   Ronnita Miller

Mime  Mikeldi Atxalandabasso

 

Coro y Orquesta del Teatro Real

Pablo Heras-Casado, director musical

El Teatro Real de Madrid ha presentado para abrir 2019 la primera Jornada de la “Tetralogía”, “El Anillo del Nibelungo”, la ópera “El Oro del Rhin” (Das Rheingold)  donde Wagner sienta la base argumental de su magna obra, basada en la saga de los nibelungos, la antiquísima leyenda nórdico-germánica que sirvió de iconografía y puntal filosófico-estético al romanticismo alemán y que se ha perpetuado con éxito hasta nuestros días.La excelsa ópera wagneriana encontró una correcta, aseada y aséptica interpretación musical bajo la batuta de Heras-Casado, de buenos tempi pero ayuna de emoción (salvo algunos explosivos “climax”) y trascendencia, que brilló totalmente por su ausencia, al frente de una nutrida plantilla orquestal-seis arpas al final- como manda el canon wagneriano.En el comienzo, la  moderna puesta en escena (es evidente que el público madrileño no desea para Wagner una escenografía de cartón-piedra), llamó la atención en el excelente preludio a la primera escena.

Sin embargo, a medida que se desarrolló la función resultó  muy decepcionante ya que el prestigioso director canadiense Robert Carsen se quedó a medio camino entre lo transgresor y lo tradicional, un navegar entre dos aguas que también potenció la desangelada y oscura escenografía de Kinmoth, que buscaba quizá el misterio o lo ignoto de la leyenda, si bien al menos ha de agradecerse la falta de grandilocuencia tanto en lo escénico como en lo musical, aunque  lamentablemente “El oro del Rhin” perdiera mucho de su grandeza y majestuosidad.A lo gélido de la puesta en escena-o precisamente por ello- contribuyó asimismo la actuación del elenco de cantantes, los cuales, si bien vocalmente solventaron sus roles adecuadamente, les faltó algo más de transmisión, emotividad y vis dramática.El Wotan de Greemsley fue tonante y hierático , el Loge de Kaiser excesivamente contenido , muy distante, las hijas del Rhin , correctas pero les faltó algo más de empaque y el Alberich de Samuel Youn , el más dramático , bastante convincente, aunque más pucciciano o verista que wagneriano, lejos de la estirpe de los grandes cantantes de antaño.El Fasolt de Tsymbalayuk fue excelente y  Erda , encarnada por Ronnita Miller, apuntó unas excelentes maneras.En la próxima temporada asistiremos a la Segunda Jornada de la Tetralogía, la maravillosa “Die Walkürie” (La Valquiria) que esperemos tenga algo más de pasión y fuego que este “Oro” tan misterioso, pero oscuro y frío como el hielo.

 

LUIS AGIUS

Estimados amigos:

La Filarmonica della Scala y su director titular, Ricardo Chailly ofrecerán dos conciertos puramente sinfónicos en Ibermúsica los próximos 23 y 24 de enero.

Adjuntamos la nota de prensa con toda la información (también disponible en el siguiente enlace: NdP-Scala), esperando que sea de su interés y agradecemos mucho toda la difusión que puedan darle.

nota prensa ibermusica

El espectáculo «Callas In Concert: The Hologram Tour» recrea mediante hologramas actuaciones de la gran soprano conocida como La Divina

Fallecida en 1977 a los 53 años de edad, su fama y glamour la convirtieron en un icono que aún permanece. El espectáculo «Callas In Concert: The Hologram Tour» recrea actuaciones de la gran soprano María Callas, conocida como La Divina, proyectando su imagen en movimiento mediante hologramas y recreando su voz mediante grabaciones acompañadas por una orquesta en directo.

Uniéndo la tecnología más puntera y las mejores grabaciones de la inolvidable María Callas, el espectáculo recorrerá en los próximos meses de noviembre y diciembre varias capitales europeas, tras un periplo por Lationamérica.

“Callas In Concert”, concebido por la empresa de hologramas Base en colaboración con la firma discográfica Warner Classics, guardián oficial del legado discográfico de la gran soprano, intenta traer a la actualidad los momentos inolvidables de la que es considerada la mejor cantante de ópera de todos los tiempos.

Londres, Reino Unido
November 25, 2018 – ENO Coliseum

Amsterdam, Holanda
November 26, 2018 – Carre

Bruselas, Bélgica
November 27, 2018 – BOZAR

Paris, Francia
November 28, 2018 – Salle Playel
November 30, 2018 – Salle Playel

Lyon, Francia
December 1, 2018 – Palias Des Congres

Zurich, Suiza
December 3, 2018 – TBA

Alemania, Hamburgo
December 6, 2018 – Merh! Theater

La ópera La Mujer sin Sombra, de Richard Strauss, será la representación más destacada de una incomparable programación que reúne nueve estrenos y un despliegue de numerosas actuaciones tanto en el Teatro como en sus alrededores.

Si oír Viena es oír música, la temporada 2018/2019 será una continua melodía. La celebración del 150 aniversario de la inauguración del Teatro Estatal de la Ópera de Viena reunirá 50 actuaciones de ópera, 16 ballets y cinco espectáculos para niños, además de numerosas actuaciones callejeras en las inmediaciones del Teatro, retransmisiones en pantalla gigante y un gran despliegue online.

El Teatro Estatal de la Ópera abrió sus puerta el 25 de mayo de 1869 con la representación de la ópera de Mozart Don Giovanni, y desde entonces su prestigio se ha mantenido como uno de los centros operísticos más importantes del mundo si no el más destacado.

Para celebrar tan singular onomástica en 2019, su programación incluye desde este otoño seis estrenos de producciones de piezas clásicas como La Mujer sin Sombra, de Richard Strauss; Otello, de Giuseppe Verdi; Los Troyanos, de Hector Berlioz, y Lucía di Lammermoor, de Gaetano Donizetti. El contrapunto de una pieza contemporánea en la programación la dará Orest, de Manfred Trojahn, mientras que Die Weiden, de Johannes Maria Staud será el estreno mundial con que contará esta magnífica programación.

En total, Viena contará la próxima temporada con más de 350 días para disfrutar de la música, entre los que habrá 217 óperas y 58 presentaciones de ballet, ocho conciertos, nueve sesiones vocales, diez sesiones de música de cámara, otras nueve sesiones matinales, numerosas actuaciones de óperas infantiles, conciertos para niños y otros eventos. Durante toda la temporada se podrán ver alrededor de 85 presentaciones en directo retransmitidas de forma gratuitas proyectadas en una pantalla gigante de 50 m2.

Además, para compartir con el mundo su feliz aniversario, la Ópera de Viena restransmitirá online 45 de sus espectáculos a través de su página web www.staatsoperlive.com.