Desde el pasado 15 de octubre y hasta el 26 de enero de 2020, se puede visitar, en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, la sugerente exposición “Los impresionistas y la fotografía”, con la que se pretende mostrar la influencia mutua entre los fotógrafos franceses más destacados del siglo XIX –es decir, casi en los inicios de la fotografía–, y los pintores impresionistas, con los que establecieron interesantes vínculos. El estudio de la luz, la asimetría espacial, los planos truncados, la instantaneidad de la fotografía influirán en la pintura; pero también los fotógrafos tratarán de acercarse a esta y al dibujo con innovaciones en la composición y en la iluminación y con los intentos de difuminación de la imagen.  

La muestra se distribuye en nueve secciones: 

“El bosque”, con cuadros de predecesores de los impresionistas como Courbet, Corot, Rousseau, Daubigny, y de Pissaro, “el primer impresionista”, según Cézanne; y fotografías de Le Gray, Cuvelier, Le Secq de los alrededores de París. 

“Figuras en el paisaje”, con pinturas de Monet, Manet, Bazille y Bracquemond y fotografías de Olympe Aguado y Baldus. 

“El agua”, con predominio de temas marinos, tanto en las fotografías de Le Gray como en las pinturas de Boudin y Monet, y con los paisajes fluviales de Monet y Sisley y de los fotógrafos Aguado y Silvy. 

“En el campo”, con las novedosas interpretaciones del paisaje de Renoir, Monet, Caillebotte y de fotógrafos como Quinet, Atget, Marville o Demachy. 

“Los monumentos”, con fotografías de edificios emblemáticos que algunos de los autores ya citados realizaron por encargo del gobierno por toda Francia, lo que despertó el interés de los impresionistas, especialmente de Monet, Sisley y Caillebotte por los motivos arquitectónicos. 

“La ciudad”, con los primeros daguerrotipos de zonas de París de Louis Daguerre y las fotografías panorámicas de sus discípulos, que influyeron  en pintores como Caillebotte, Morisot, Sisley o Morisot. 

“El retrato”, con muestras de la repercusión de las instantáneas fotográficas populares de Nadar en pintores como Manet, Degas, que usaron también la cámara fotográfica. 

“El cuerpo”, con fotografías de Moulin, Durieu, Belloc, Le Gray o Bethier y Muybridge que influyeron sobre todo en los estudios de Degas sobre el movimiento corporal. 

La exposición se concluye con “El archivo”, donde se muestran las fotografías de cuadros de Manet realizadas por Anatole-Louis Godet, en las que el propio pintor efectuó retoques; y la carpeta de fotograbados de obras de Degas seleccionadas por este.

Algunos cuadros son bien conocidos, por pertenecer a los fondos del propio Museo, pero la mayoría procede de galerías de Europa y de América y de colecciones privadas, por lo que será una magnífica ocasión para contemplarlos. 

El impresionismo tiene tirón, atrae a un público amplio, quizá por ser una pintura luminosa, bastante figurativa, vitalista, asequible. En los últimos años, ha habido excelentes exposiciones tanto en el museo Thyssen como en otros de Madrid y de otras ciudades españolas, pero esta exposición nos ofrece algo más, la posibilidad de cotejar la influencia de la fotografía –forma artística incipiente entonces–, con un arte tan multisecular como la pintura.

Luis Ramoneda

  • Del 15 de octubre de 2019 al 26 de enero de 2020
  • Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
impresionistas y fotografía Museo Thyssen

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta Los impresionistas y la fotografía, una exposición que quiere descubrir la repercusión que la invención de la fotografía tuvo en el desarrollo de las artes plásticas en la segunda mitad del siglo XIX y plantear una reflexión crítica sobre las afinidades y mutuas influencias entre pintura y fotografía. Comisariada por Paloma Alarcó, jefe de conservación de Pintura Moderna del Museo Thyssen, la muestra cuenta con el apoyo de JTI y la colaboración de la Comunidad de Madrid y presenta 66 óleos y obras sobre papel y más de 100 fotografías, de fotógrafos como Gustave Le Gray, Eugène Cuvelier o Félix Nadar y pintores como Camille Pissarro, Claude Monet o Alfred Sisley. La aparición de la fotografía cambió radicalmente el modo de contemplar el mundo y de representar la realidad por parte de los artistas, particularmente de los pintores impresionistas, a quienes les valió no solo como fuente iconográfica, sino también como inspiración técnica. Asimismo, por influencia de la nueva factura impresionista, algunos fotógrafos comenzaron a preocuparse por la materialidad de sus imágenes y buscaron fórmulas para hacer sus fotografías menos precisas y más pictóricas, consiguiendo ganar paulatinamente credibilidad artística.

Balenciaga y la pintura española

Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid

Hasta el  22 de Septiembre de 2019

vestido de novia balenciaga
Vestido Novia de Balenciaga

El Museo Thyssen- Bornemisza nos ofrece como su “exhibición estrella” de este caluroso verano madrileño la exposición temporal Balenciaga y la pintura española  en la que se exhiben más  de 90 elegantes trajes, modelos, vestidos y creaciones de Cristóbal Balenciaga (que provienen de coleccionistas privados y del Museo Cristóbal Balenciaga)  eximio maestro, modisto de modistos, admirado por los grandes creadores franceses como Dior o Givenchy y que vistió a lo más granado de la aristocracia y la jet set internacional del siglo XX.

En la exposición del Thyssen se pone de manifiesto la especial vinculación de los modelos del gran modisto vasco con determinadas  corrientes e influencias pictóricas de grandes maestros españoles como El Greco, Velázquez, Goya, Zurbarán, Zuloaga, etc, pintores en cuyos lienzos pudo inspirarse para sus modelos, tanto en lo que se refiere al diseño como al color y las texturas.

Francisco de Goya
La reina María Luisa con tontillo

La muestra es más bien parca en cuanto a cuadros (unos 50, cedidos por grandes coleccionistas privados, como la Casa de Alba, Koplowitz, Abelló, y una larga lista de museos españoles y extranjeros, entre los que destaca el Prado) y extensiva en cuanto a trajes que reflejan la elegancia profunda, sutileza, estilización y perfección que alcanzó Balenciaga en sus creaciones inmortales. Exposición de indudable interés, donde se relacionan pintura y moda con acierto como ya sucedió en 2018 con la excelente exposición Sorolla y la moda.

LUIS AGIUS

Magnífica exposición la que se ofrece en el Museo del Prado desde el pasado 28 de mayo hasta el próximo 15 de septiembre. Guido di Pietro da Mugello nace en esta localidad, cerca de Florencia, en 1387. Al ingresar en el convento de los dominicos en Fiésole, en 1407, toma el nombre de Giovanni da Fiésole. Pinta para este y otros conventos y monasterios y, al pasar el de San Marcos de Florencia a los dominicos, lo convierte en un auténtico museo. El papa Eugenio VI le encarga la decoración de la capilla del Santísimo Sacramento, en el Vaticano, que será derribada en el siglo XVI, por lo que aquellos frescos se perdieron. Renuncia a ser nombrado obispo, porque consideraba que predicaba mejor con la imagen que con la palabra, y fallece en Roma en 1455, a donde se había trasladado un año antes para trabajar en otros encargos papales. 

Fra Angelico es una de las figuras más insignes del tránsito del gótico al humanismo, pinta tablas y frescos, tal vez se inició como miniaturista –abunda el uso del pan de oro en sus obras– y parece que su primer maestro fue el monje benedictino Lorenzo Monaco. Las escasas noticias sobre su formación artística dieron pie a la leyenda de que su inspiración era  casi divina y de que no necesitaba retocar sus obras. El excelente documental –se puede ver al final de la exposición–, sobre la restauración de La Anunciación y la expulsión de Adán y Eva del jardín del Edén, una de las joyas del Prado, deshace el mito, pues se muestra cómo planificaba, rectificaba, cambiaba y trabajaba con gran minuciosidad. 

Su pintura tiene una honda riqueza teológica, lo que le valió el apelativo de Fra Angelico en concomitancia con santo Tomás de Aquino, el doctor angélico, también dominico. Esto se expresa en la pintura con el dominio de la luz y de la perspectiva, y también se puede destacar el carácter que podríamos calificar de narrativo de bastantes de sus obras, algunas con gran número de ángeles, figuras humanas, animales, etc., como puede observarse en varias tablas de predelas como las del retablo mayor de San Domenico de Fiésole, traídas de la National Gallery. Además de obras de Fra Angelico, del Prado y de otros museos y colecciones, se exponen algunas de otros pintores de aquella época de transición, como Uccello, Lippi, Masaccio, así como esculturas de Donatello, Brunelleschi y otros maestros del arte florentino de aquel momento grandioso para las bellas artes. Una exposición luminosa, que deja un poso de esperanza y de dicha.

Luis Ramoneda

Del 18 de junio al 22 de septiembre de 2019

Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

Del 18 de junio al 22 de septiembre, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta una exposición que vincula la creación de Cristóbal Balenciaga, el diseñador de moda más admirado e influyente de todos los tiempos, con la tradición de la pintura española de los siglos XVI al XX. Se trata de la primera gran exposición dedicada al modisto vasco que se presenta en Madrid en casi 50 años y la primera que reúne, junto a sus diseños, una selección de cuadros de grandes nombres de la historia del arte español, una de sus principales fuentes de inspiración.

La muestra está comisariada por Eloy Martínez de la Pera, quien ha seleccionado para la ocasión un total de 90 piezas de indumentaria, muchas de ellas nunca antes expuestas, y un excepcional conjunto de 55 cuadros, entre los que destacan obras de El Greco, Velázquez, Murillo, Carreño de Miranda, Zurbarán, Goya, Madrazo o Zuloaga.

El recorrido por las salas sigue un itinerario cronológico a través de las pinturas, a las que acompañan los vestidos vinculados a cada estilo o a cada pintor. Conexiones basadas en elementos conceptuales, en formas y volúmenes, en complicidades cromáticas, que dan lugar a un fascinante diálogo entre moda y pintura, entre la creatividad del genial modisto y sus fuentes de inspiración.

El proyecto cuenta con la colaboración de Herbert Smith Freehills y Las Rozas Village.

La exposición «Perversidad», eje del curso de primavera 

Un año más ponemos en marcha nuestro curso de primavera vinculado a nuestra exposición temporal. En esta ocasión, ¿Malditas o poderosas? Relatos del arte moderno en femenino, en el que se analizará los estereotipos y modelos femeninos difundidos por el arte de vanguardia desde la perspectiva más especializa del ámbito profesional y académico hasta una visión desde la crítica de arte. La actividad es gratuita hasta completar aforo previa inscripción en el mail reservas@carmenthyssenmalaga.org. Con la Colaboración de la Fundación Unicaja.

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La escritora María Dueñas y la obra Baile Flamenco de Ricard Canals

La obra de la Colección Carmen Thyssen Baile Flamenco del pintor Ricard Canals i Llambí sirvió de excusa a la escritora María Dueñas para su intervención en la VI edición del ciclo Miradas de escritor, y su vinculo con su novela Las hijas del capitán, en la que se narra la inmigración que realizaron los españoles a la ciudad de Nueva York a principios del siglo XX. Con la colaboración de la Fundación José Manuel Lara.

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V Centenario de la muerte de Leonardo da Vinci “Pero mientras ocupaba su tiempo en raras investigaciones en áreas subsidiarias para el arte, solo fue capaz de terminar muy pocas obras a causa de su carácter veleidoso e inconstante: su talento aspiraba de tal modo a la perfección que comenzaba muchas cosas y después las abandonaba” (Paolo Giovio, Vidas de hombres famosos, 1527) “El pintor rivaliza y compite con la Naturaleza” (Leonardo da Vinci, Fábulas)null

Poco puede añadirse a las miles y miles de páginas escritas en torno a Leonardo da Vinci (1452-1519), quizá el hombre y el artista más inteligente, polifacético y creativo que vieron todas las épocas, pero sobre el que pesan inevitables e inexorables sombras, enigmas y misterios, que han alimentado la imaginación de escritores y cineastas, y sumido en la perplejidad a críticos, especialistas e historiadores. Fue pintor, escultor, escritor, arquitecto, ingeniero civil y militar y sus proyectos irrealizables por adelantarse quizá demasiado a su época, abarcaron también la mecánica, la arquitectura y la hidráulica, así como estudió detenidamente la anatomía humana, la medicina y las matemáticas. Asimismo fue músico avezado, que componía bellas canciones y tañía la lira, al parecer una de nueve cuerdas con una cabeza tallada por Verocchio y otros instrumentos con elegancia y buen oficio, al igual que proyectó diversos instrumentos musicales. De su faceta musical nos ocuparemos más adelante, porque sea como fuere, si Leonardo es universalmente conocido lo es como pintor, una única de sus múltiples facetas, en la que se nos aparece como un maestro indiscutible, pero inconstante.

Ciertamente, Leonardo pintó numerosos cuadros y algunos frescos (maravillosos pero técnicamente fallidos como la archifamosa Última Cena de Santa Maria delle Grazie en Milán), pero puede decirse que realmente no finalizó ninguno, permaneciendo muchos abocetados, inacabados o en proyecto. Sus antológicos dibujos son sin duda más numerosos (e incluso más divulgados, como el universalmente conocido Hombre de Vitruvio) que sus lienzos y, como señala acertadamente Georges Steiner, Leonardo quizá no acabó ningún cuadro, porque siguió severamente el axioma “ninguna obra de arte está jamás auténticamente concluida”.

Con este ideario estético-filosófico, el genio italiano quiso afirmar su búsqueda incansable de la perfección, si bien aceptando que tal perfección es inalcanzable. Por lo tanto, sus lienzos, aun bellísimos y magníficos, paradigma del ideal estético del Renacimiento, no están concluidos o, en ocasiones, hay hasta varias versiones (como en el caso del maravilloso La Virgen de las Rocas). El cuadro más famoso del mundo, debido al pincel de Leonardo, la inevitable Gioconda, cuya enigmática sonrisa ha hecho correr ríos y ríos de tinta, en realidad tampoco está concluido por completo: el misterioso paisaje que sirve de fondo deliberadamente abosquejado, procura provocar una cierta inquietud y turbación en el espectador. Asimismo, el genial pintor dejó muchos lienzos a medias, lo mismo que murales, sin explicación o causa aparente, lo cual ha aumentado las especulaciones en torno al carácter inconstante de Leonardo o, por el contrario, su extremado perfeccionismo.

Por otro lado, la observación detenida y atenta de la Naturaleza le proporcionó a lo largo de su vida un conocimiento profundo que le permitió alcanzar una visión de la realidad que ningún otro artista de su tiempo pudo igualar. Bien es cierto que Miguel Angel, Rafael, Lotto, Giorgione o Tiziano, son artistas de asombrosa maestría, pero, salvo en el caso del primero (Miguel Angel también atesoró por otros caminos una inmensa sabiduría en la pintura, escultura y en la arquitectura civil y militar), ninguno fue capaz de ir más allá en otros campos del arte o vincularlo a la ciencia o a la técnica. Leonardo, por el contrario, sí lo hizo: sus diseños de maquinaria bélica, artefactos voladores, fortificaciones y, para nosotros, los melómanos, los instrumentos musicales, son buena prueba de ello.

En el campo de la música tenemos varios ejemplos de instrumentos diseñados por Leonardo: la viola-organista, un trasunto de viola da gamba y órgano; el organetto, un pequeño órgano positivo; el órgano “de papel”, etc. Con estos diseños, pretendía ampliar el abanico de la tímbrica instrumental, a fi n de dotarla de mayor colorido y variedad, impulsando así la música profana, fundamentalmente instrumental, frente a la sacra, dominada por las composiciones vocales a capella. No olvidemos que a su llegada a Milán para trabajar para Ludovico Sforza, el propio Leonardo dejó testimonio por escrito que se había granjeado la amistad del príncipe en virtud de su magnífica forma de tocar y cantar, gracias a las lecciones recibidas de Gaffurio, del cual ilustró un tratado de armonía Practica musicae. Sin duda, se trata de un hecho muy relevante, demostrativo del talento de Leonardo también para la música, pues la corte milanesa era visitada por los mejores músicos de la época, como, por ejemplo, el gran Josquin des Prés. Asimismo, Leonardo estudió en Milán la técnica de los instrumentos en relación a la propagación del sonido, sentando las bases de unos primitivos pero trascendentes estudios sobre una disciplina desconocida hasta entonces, la acústica.

La predilección de Leonardo por la música (“alimento del alma”, como la denomina en alguna de sus cartas) no queda solo aquí, sino que se encuentra estrechamente vinculada también a su faceta de escritor. En efecto, también fue un literato notable, que compuso numerosas cuartetas, canzone, poemas y versos libres, acompañados de sencillas composiciones musicales que se han perdido y, por otro lado, Favole (Fábulas), narraciones deliciosas en su ingenua expresividad, pero en absoluto cándidas en su moraleja: en ellas Leonardo se manifiesta ácidamente contra la vanidad, la soberbia y la estupidez humanas, ensalzando los valores de la naturaleza frente a la mísera condición humana. Así, Leonardo nos ilumina con sus textos, alejados de la ortodoxia religiosa, persiguiendo que emulemos la sencillez, la nobleza y la humildad de plantas y animales, rechazando los lujos, los excesos, la trivialidad, la soberbia y la ignorancia.

En definitiva, pronunciar el nombre de Leonardo da Vinci significa decir todo respecto al arte, la ciencia, la filosofía y el conocimiento en los comienzos de la Edad Moderna. Su figura ha sido irrepetible e influyente, pero seguir su estela ha resultado inalcanzable, como inalcanzable es la perfección que tanto buscó este hombre único, que nació en el centro de Italia y que murió en un suntuoso castillo en el Loira, en el centro de Francia, según la leyenda, en brazos de un rey, Francisco I, uno de los más poderosos de su tiempo, fascinado amante de sus inconclusos y espléndidos lienzos.

Luis Agius

GUILLERMO SOLANA:”HOY DIA LOS MUSEOS SE JUSTIFICAN SOLO POR SU CAPACIDAD DE ATRAER EL TURISMO.SE TRATA DE UN FETICHISMO TRISTE”

Guillermo Solana es Director Artístico del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza  y una de las personalidades más importantes del panorama cultural de nuestro país.Nos abre las puertas de la Colección Thyssen-Bornemisza y conversa para el Parnaso de las Artes sobre distintos temas relacionados con la Colección Thyssen y el arte en general.

PARNASO/LUIS AGIUS.– Muchas gracias, Guillermo por abrir al Parnaso de las Artes las puertas del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y atender nuestras preguntas.¿Cómo valora el desarrollo de la actual temporada de exposiciones temporales en el Museo Thyssen? ¿Está satisfecho de la respuesta del público?

GUILLERMO SOLANA.- Estoy satisfecho con la marcha de la exposición Balthus, que ha tenido una respuesta entusiasta, mientras que la anterior, dedicada a Beckmann me decepcionó en cuanto al resultado, tuvo menos afluencia de lo que esperábamos porque no es un pintor tan conocido en España. Próximamente tendremos una exposición sobre Balenciaga y la pintura española y al final de este año otra sobre los impresionistas y la fotografía, debida al excelente trabajo de Paloma Alarcó. Se piensa que los impresionistas trabajaban siempre al aire libre, del natural, “dal vivo”, pero nada más lejos de la realidad. Monet se enfadaba mucho cuando se le mencionaba que trabajaba con fotografías, herramienta no excesivamente decorosa para la época. En esta exposición, que confío que sea muy atractiva, habrá cuadros de paisajes, desnudo, naturalezas muertas, etc. Vamos a tener muchas piezas de Degas y estamos muy contentos por ello.

PARNASO.– A lo largo de su experiencia como Director Artístico del MuseoThyssen qué elementos destacaría como más relevantes de la Colección Thyssen-Bornemisza en especial respecto a otras colecciones privadas como la Gulbenkian, etc y que marcan la diferencia con el resto? ¿Por qué hay que venir a Madrid desde México, Tokio, Ohio o Zamora para verla?

G.SOLANA.- La Colección Thyssen no es una colección muy numerosa. Tiene unas 800 piezas, la parte principal de los barones Thyssen y tiene un acusado carácter enciclopédico y esto es poco común en España. Por ejemplo, el Prado, que es un Museo grandioso, está muy concentrado en la tradición de la “pintura-pintura” (España, Flandes, Venecia) con los grandes maestros Tiziano, Rubens, Velázquez, Goya. En cambio, en otras áreas se encuentra en peores condiciones respecto a variedad.El Museo Thyssen-Bornemisza tiene un poco de todo y piezas maestras de muy diversos estilos.Esto en Estados Unidos es más frecuente , debido a que los coleccionistas americanos querían mostrar todos los estilos de la pintura europea.Por otro lado la Colección está marcada por “dos colecciones”: la del primer barón Thyssen (años 20-30 del siglo XX) basada en el retrato (ejemplos, Carpaccio, Holbein, la propia Santa Catalina de Caravaggio, de la que hay indicios de que puede tratarse de un retrato, el autorretrato de Rembrandt, etc) y la del segundo barón Thyssen (Heinrich) , en la que ya no hay un género dominante sino un afán de explorar todos los movimientos de vanguardia desde el impresionismo hasta Bacon y Lucien Freud. También tuvo la intención de adquirir obras maestras de Picasso, Matisse, el expresionismo alemán, etc. Los dos barones tenían la concepción de construir una colección siguiendo el modelo de los museos: había que tener los grandes nombres y los grandes movimientos según un rumbo sistemático. El primer barón quería hacer algo así como una segunda “Alte Pinakothek” de Munich.

Guillermo Solana

PARNASO.- Guillermo, dado el fenómeno del turismo masivo globalizado, ¿lo considera positivo o negativo para los museos de pintura si los entendemos como templos del arte destinados a conservar las obras maestras de la pintura en las mejores condiciones, sin perjuicio de “hacer caja” con esta función?  O por el contrario no deben ser “templos del arte”?Usted ha declarado que no le gustaría tener “la Gioconda “ en el Thyssen…

G.SOLANA.- El fenómeno de la “Gioconda” aquí en el Thyssen lo distorsionaría todo.No hay espacio y no lo envidio. El “status” de icono absoluto del arte es un lastre. Hace décadas que la Gioconda debía haber sido limpiada, pero supone demasiados riesgos. No se la ha limpiado por no afrontar los riesgos de que la imagen de la Gioconda se modifique.

Parnaso:- Pero con la Sixtina sí se afrontaron…

G.SOLANA.- Ciertamente, pero la restauración de la Sixtina provocó cierta polémica: hubo gente que dijo que ese Miguel Angel tan colorista era falso, y que “el tiempo también pinta”, es decir , lo que se le reprocha a los restauradores “científicos”. A mí la Gioconda no me fascina especialmente. Como pasa con iconos, su prestigio viene de temas extrapictóricos (la leyenda de la sonrisa, el robo de 1911, etc). Para mí “El hombre del guante” de Tiziano resulta más fascinante. Yo desearía para el Thyssen muchos Vermeer, Caravaggio, o Tiziano…

PARNASO.- Y no temería al turismo masivo…

G.SOLANA.- El Thyssen no corre tanto riesgo. La Colección no es visitada masivamente por multitudes. Lo que no me gusta de la relación del turismo y los museos es que para los políticos el turismo sea la única justificación de los museos. No se justifican los museos por el prestigio cultural, sino por los turistas que los visitan y se trata de un fetichismo triste. Los museos están pensados para toda la población: el pensador Slavoj Zizek habló de la “interpasividad”: delegamos no solo nuestras tareas sino también nuestra capacidad de disfrute (ahí tenemos como ejemplos fenómenos de delegación como el de las antiguas plañideras, o las risas enlatadas en los programas de televisión). Con el tema de los museos, los políticos intentan convencerte de que es bueno que se construyan para que afluyan los turistas y por si acaso para que los niños los visiten. El museo, sin embargo, es para todos, es para que el ciudadano acuda y lo disfrute. En ciertas ciudades de la costa española se construyen museos para que los turistas afluyan.

PARNASO.– ¿Cuáles son los principales problemas o peligros que tiene que afrontar la Colección Thyssen –Bornemisza en estos momentos? ¿viabilidad económica, anquilosamiento? ¿la permanencia de la Colección en España está asegurada ¿le afecta la actual incertidumbre política?

G.SOLANA.- La permanencia de la Colección está absolutamente garantizada. Fue vendida al Estado español en 1993 y es inalienable. La colección de la baronesa, que está en depósito y que comprende unas 250 obras, aproximadamente una cuarta parte de la Colección Thyssen, depende de élla. Actualmente el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza exhibe unas 750 piezas de la colección permanente.Si la colección de la baronesa se fuera supondría una pérdida grave pero no insuperable.El futuro del Museo está asegurado, ya que el Estado se hace cargo del mantenimiento de la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza. El riesgo que tenemos que  afrontar estriba en el hecho de que las exposiciones temporales son cada vez más costosas (seguros, transportes, etc). Habría que subir tanto el precio de las entradas, que el público quizá no estaría dispuesto a asumirlo y harían falta subvenciones del Estado. Si los costes siguen siendo tanto altos, lo que puede ocurrir es que vaya declinando la capacidad del Museo de organizar actividades y publicaciones y quedemos paralizados. El rendimiento de los museos (salvo Louvre y Uffizi) es decreciente.Incluso el MOMA ha tenido que introducir una tarifa de pago obligatorio. Por tanto, el rendimiento decreciente del Museo en el futuro puede hacer que nos quedemos “en sordina”, con menos capacidad de actuación.

PARNASO.– En repetidas ocasiones, usted y otros directivos del Museo se refieren a la baronesa Thyssen como su principal valor ¿Cuál es en estos momentos su papel en relación a la Colección Thyssen?

G.SOLANA.– La Baronesa Thyssen es la persona que hizo posible que la Colección viniera a España. Si la esposa del barón Thyssen hubiese sido china, no habría duda de que la Colección estaría en Shanghai. Hubo otras personas que colaboraron a su esfuerzo: González, Javier Solana, Gómez- Acebo, el abogado Rodrigo Uría, etc. Actualmente la baronesa es Vicepresidenta vitalicia del Museo y por otro lado sigo siendo una activa coleccionista, y su labor no se agota en Madrid, sino que ha creado el Museo Carmen Thyssen en Málaga y otro en San Feliú de Guixols, así como un espacio, que es más bien una galería, en Andorra, a la que presta varias de sus obras.

PARNASO.– Guillermo,en su opinión ¿cuál es el mejor modo de atraer nuevos públicos y más jóvenes a los museos de pintura en general y al Thyssen en particular?

GSOLANA.- Es muy difícil atraer a los jóvenes. Su cultura es muy distinta. No menosprecio las nuevas formas de comunicación cultural. Hacemos cosas para atraerlos, como por ejemplo el videojuego Nubla, para crear aventuras a través de la Colección, así como desarrollamos  toda una serie de actividades relacionandas con el “graffiti”, el cómic, instagram, etc. Aun así el problema de fondo es un problema de brecha generacional. Podría suceder que, en el futuro, los museos se conviertan en lugares frecuentados por personas muy singulares y que dejen de ser lugares de consumo generalizado de cultura. Por otro lado, la edad de los visitantes de los museos ha envejecido a un ritmo pavoroso, así como la de los coleccionistas de arte.

PARNASO.– Guillermo, vivimos en una época donde la trivialización de la cultura alcanza un nivel insoportable. ¿Cómo observa este fenómeno desde su posición como director artístico del Museo?

GSOLANA.– Hay un fenómeno consustancial a la cultura de masas que consiste en  mecanismos de repetición y de eliminación de la complejidad. Recuerdo a este respecto un artículo de Adorno de 1938, en el campo de la recepción de la música clásica, aplicable a la cultura en general: la cultura de masas concentra la popularidad, el prestigio en un número restringido de iconos. Por ejemplo, la Quinta Sinfonía de Beethoven es absolutamente conocida, hasta la sociedad y la Cuarta Sinfonía, no existe. Unos productos por ser más pegadizos o por presentar rasgos más superficiales han sido mejor admitidos y han relegado lo más rico o complejo y así ha disminuido y disminuye actualmente el repertorio de obras artísticas conocidas o valoradas. En el mundo del Arte no ha habido una ampliación del gusto, sino lo que el público conoce se reduce cada día. Tengo montones de pruebas de ello. Por ejemplo hace años tuve la ideas de programar a un pintor francés Raoul Dufy, que no figura como un grande de la pintura: ha sido devorado y quizá con razón por Picasso y Matisse pero en mi juventud, hace unos 40 años, era conocido y valorado. Ahora ya no lo es. La cultura de masas es amnésica. Olvida lo de la temporada anterior y lo de hace diez años está profundamente enterrado. El impresionismo se reduce a Monet, el barroco es Caravaggio, Rembrandt y Velázquez y ni siquiera Rubens es ya tan valorado y conocido. El repertorio se está empobreciendo y se reduce el margen de maniobra. Todos los museos exhiben los mismos nombres. Además hay una banalización y recorte de todo lo complejo.

PARNASO.– Cuando se plantea organizar una exposición temporal, ¿cuáles son los criterios artísticos prioritarios para usted: renombre del pintor, estilo, escuela, vinculación con la colección, carácter rompedor, etc?

GSOLANA.– En efecto, en primer lugar la conexión con la Colección, aunque no siempre. Vamos a programar una exposición de RemediosVaro, que por su calidad y su condición de pintora, requiere que se haga. Otros criterios serían las expectativas de éxito de público, si bien nos podemos permitir un “no éxito” por el hecho de recuperar a un pintor olvidado que lo merezca, y por último la variedad: siempre clásicos modernos, exposiciones de arte y moda que funcionan muy bien, y un gran maestro antiguo.

PARNASO.- ¿Qué pintor o pintores le gustaría traer al Thyssen y no lo ha hecho?

GSOLANA.- Me gustaría Friedrich, pero es muy difícil porque está muy demandado. A principios de los 90 se hizo una retrospectiva en el Prado y sería bueno hacer una nueva exposición, pero los museos alemanes son reacios a ceder sus cuadros. 

PARNASO.– Guillermo , permítame ahora que le plantee un pequeño “juego” que creemos que pueder ser  muy interesante y aleccionador para los lectores del Parnaso y es que nos comente, desde su gran experiencia y conocimiento , con una sola palabra, y de forma espontánea, lo que le sugieren los nombres de los siguientes grandes maestros de la pintura, unos universalmente conocidos y otros menos:

santa catalina de alejandria caravaggio

GRUNEWALD           

TIZIANO                    

CARAVAGGIO          

POUSSIN                  

REMBRANDT

VERMEER                 

FUSELI           

GERICAULT   

GOYA            

TURNER                    

VAN GOGH   

PICASSO                   

FRIDA KAHLO          

POLLOCK                  

BACON                     

ANTONIO SAURA

ANTONIO LOPEZ

FERNADO ZOBEL

“Dolor”

“Alegría de vivir”

“Intensidad”

“Norma”

“Empatía”

“Pureza”

“Lo onírico”

“Violencia”

“Protesta”

“Cósmico”

“Visión”

“Metamorfosis”

“Autorretrato”

“Serenidad cósmica”

“Maldad”

“Tradición”

“Paciencia”

“Estilo”

PARNASO.- Por último, la más grave cuestión.Imaginemos. Se declara un pavoroso incendio en el Museo, los bomberos no acuden, no hay agua y todo el mundo huye despavorido, excepto usted: lamentablemente solo puede salvar un cuadro. ¿Qué lienzo salvaría?

G.SOLANA.– Hay un protocolo establecido para ese caso, por el cual es obligatorio salvar primero los cuadros que no pertenezcan  a la Colección y que se estuvieran exhibiendo en el momento de un incendio. En cuanto a qué lienzo salvaría de la colección Thyssen –Bornemisza, creo que salvaría la “Santa Catalina de Alejandria” de Caravaggio.

PARNASO.- Muchas gracias Guillermo, le deseamos el mayor de los éxitos al frente del Museo Thyssen-Bornemisza.

© LUIS AGIUS

  • El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza invita a reinterpretar las obras de su colección
  • Un concurso de “versiones” que termina en una noche con arte y música
  • La primera cita es el 11 de mayo y habrá más durante 2019
  • Cada convocatoria contará con la participación de tres prescriptores, representantes del arte y la cultura más actuales

 Las obras de la colección Thyssen-Bornemisza están vivas, tan vivas que #VersionaThyssen propone jugar con ellas, reinterpretarlas, utilizarlas como fuente de inspiración o punto de partida para dejar correr la creatividad de los más jóvenes. Quien quiera participar, solo tiene que tener entre 18 y 30 años, elegir uno de los 6 cuadros seleccionados, inspirarse y crear en cualquier formato que pueda reproducirse de manera digital. Antes del 5 de mayo, habrá que subirlo a Instagram con el hashtag #VersionaThyssen y la mención a @museothyssen, además de título, referencia a la obra en la que se inspira y a la técnica utilizada. En esta primera edición, Lara Lars, Miranda Makaroff y Ricardo Cavolo propondrán sus propias “versiones” para animar a la participación y, junto al director artístico del museo, Guillermo Solana, conformarán el jurado encargado de seleccionar a los premiados, que se darán a conocer el 11 de mayo en un evento nocturno.