la anunciacion FRA ANGELICO

Magnífica exposición la que se ofrece en el Museo del Prado desde el pasado 28 de mayo hasta el próximo 15 de septiembre. Guido di Pietro da Mugello nace en esta localidad, cerca de Florencia, en 1387. Al ingresar en el convento de los dominicos en Fiésole, en 1407, toma el nombre de Giovanni da Fiésole. Pinta para este y otros conventos y monasterios y, al pasar el de San Marcos de Florencia a los dominicos, lo convierte en un auténtico museo. El papa Eugenio VI le encarga la decoración de la capilla del Santísimo Sacramento, en el Vaticano, que será derribada en el siglo XVI, por lo que aquellos frescos se perdieron. Renuncia a ser nombrado obispo, porque consideraba que predicaba mejor con la imagen que con la palabra, y fallece en Roma en 1455, a donde se había trasladado un año antes para trabajar en otros encargos papales. 

Fra Angelico es una de las figuras más insignes del tránsito del gótico al humanismo, pinta tablas y frescos, tal vez se inició como miniaturista –abunda el uso del pan de oro en sus obras– y parece que su primer maestro fue el monje benedictino Lorenzo Monaco. Las escasas noticias sobre su formación artística dieron pie a la leyenda de que su inspiración era  casi divina y de que no necesitaba retocar sus obras. El excelente documental –se puede ver al final de la exposición–, sobre la restauración de La Anunciación y la expulsión de Adán y Eva del jardín del Edén, una de las joyas del Prado, deshace el mito, pues se muestra cómo planificaba, rectificaba, cambiaba y trabajaba con gran minuciosidad. 

Su pintura tiene una honda riqueza teológica, lo que le valió el apelativo de Fra Angelico en concomitancia con santo Tomás de Aquino, el doctor angélico, también dominico. Esto se expresa en la pintura con el dominio de la luz y de la perspectiva, y también se puede destacar el carácter que podríamos calificar de narrativo de bastantes de sus obras, algunas con gran número de ángeles, figuras humanas, animales, etc., como puede observarse en varias tablas de predelas como las del retablo mayor de San Domenico de Fiésole, traídas de la National Gallery. Además de obras de Fra Angelico, del Prado y de otros museos y colecciones, se exponen algunas de otros pintores de aquella época de transición, como Uccello, Lippi, Masaccio, así como esculturas de Donatello, Brunelleschi y otros maestros del arte florentino de aquel momento grandioso para las bellas artes. Una exposición luminosa, que deja un poso de esperanza y de dicha.

Luis Ramoneda