Desde el pasado 15 de octubre y hasta el 26 de enero de 2020, se puede visitar, en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, la sugerente exposición “Los impresionistas y la fotografía”, con la que se pretende mostrar la influencia mutua entre los fotógrafos franceses más destacados del siglo XIX –es decir, casi en los inicios de la fotografía–, y los pintores impresionistas, con los que establecieron interesantes vínculos. El estudio de la luz, la asimetría espacial, los planos truncados, la instantaneidad de la fotografía influirán en la pintura; pero también los fotógrafos tratarán de acercarse a esta y al dibujo con innovaciones en la composición y en la iluminación y con los intentos de difuminación de la imagen.  

La muestra se distribuye en nueve secciones: 

“El bosque”, con cuadros de predecesores de los impresionistas como Courbet, Corot, Rousseau, Daubigny, y de Pissaro, “el primer impresionista”, según Cézanne; y fotografías de Le Gray, Cuvelier, Le Secq de los alrededores de París. 

“Figuras en el paisaje”, con pinturas de Monet, Manet, Bazille y Bracquemond y fotografías de Olympe Aguado y Baldus. 

“El agua”, con predominio de temas marinos, tanto en las fotografías de Le Gray como en las pinturas de Boudin y Monet, y con los paisajes fluviales de Monet y Sisley y de los fotógrafos Aguado y Silvy. 

“En el campo”, con las novedosas interpretaciones del paisaje de Renoir, Monet, Caillebotte y de fotógrafos como Quinet, Atget, Marville o Demachy. 

“Los monumentos”, con fotografías de edificios emblemáticos que algunos de los autores ya citados realizaron por encargo del gobierno por toda Francia, lo que despertó el interés de los impresionistas, especialmente de Monet, Sisley y Caillebotte por los motivos arquitectónicos. 

“La ciudad”, con los primeros daguerrotipos de zonas de París de Louis Daguerre y las fotografías panorámicas de sus discípulos, que influyeron  en pintores como Caillebotte, Morisot, Sisley o Morisot. 

“El retrato”, con muestras de la repercusión de las instantáneas fotográficas populares de Nadar en pintores como Manet, Degas, que usaron también la cámara fotográfica. 

“El cuerpo”, con fotografías de Moulin, Durieu, Belloc, Le Gray o Bethier y Muybridge que influyeron sobre todo en los estudios de Degas sobre el movimiento corporal. 

La exposición se concluye con “El archivo”, donde se muestran las fotografías de cuadros de Manet realizadas por Anatole-Louis Godet, en las que el propio pintor efectuó retoques; y la carpeta de fotograbados de obras de Degas seleccionadas por este.

Algunos cuadros son bien conocidos, por pertenecer a los fondos del propio Museo, pero la mayoría procede de galerías de Europa y de América y de colecciones privadas, por lo que será una magnífica ocasión para contemplarlos. 

El impresionismo tiene tirón, atrae a un público amplio, quizá por ser una pintura luminosa, bastante figurativa, vitalista, asequible. En los últimos años, ha habido excelentes exposiciones tanto en el museo Thyssen como en otros de Madrid y de otras ciudades españolas, pero esta exposición nos ofrece algo más, la posibilidad de cotejar la influencia de la fotografía –forma artística incipiente entonces–, con un arte tan multisecular como la pintura.

Luis Ramoneda

  • Del 15 de octubre de 2019 al 26 de enero de 2020
  • Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
impresionistas y fotografía Museo Thyssen

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta Los impresionistas y la fotografía, una exposición que quiere descubrir la repercusión que la invención de la fotografía tuvo en el desarrollo de las artes plásticas en la segunda mitad del siglo XIX y plantear una reflexión crítica sobre las afinidades y mutuas influencias entre pintura y fotografía. Comisariada por Paloma Alarcó, jefe de conservación de Pintura Moderna del Museo Thyssen, la muestra cuenta con el apoyo de JTI y la colaboración de la Comunidad de Madrid y presenta 66 óleos y obras sobre papel y más de 100 fotografías, de fotógrafos como Gustave Le Gray, Eugène Cuvelier o Félix Nadar y pintores como Camille Pissarro, Claude Monet o Alfred Sisley. La aparición de la fotografía cambió radicalmente el modo de contemplar el mundo y de representar la realidad por parte de los artistas, particularmente de los pintores impresionistas, a quienes les valió no solo como fuente iconográfica, sino también como inspiración técnica. Asimismo, por influencia de la nueva factura impresionista, algunos fotógrafos comenzaron a preocuparse por la materialidad de sus imágenes y buscaron fórmulas para hacer sus fotografías menos precisas y más pictóricas, consiguiendo ganar paulatinamente credibilidad artística.

Del 18 de junio al 22 de septiembre de 2019

Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

Del 18 de junio al 22 de septiembre, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta una exposición que vincula la creación de Cristóbal Balenciaga, el diseñador de moda más admirado e influyente de todos los tiempos, con la tradición de la pintura española de los siglos XVI al XX. Se trata de la primera gran exposición dedicada al modisto vasco que se presenta en Madrid en casi 50 años y la primera que reúne, junto a sus diseños, una selección de cuadros de grandes nombres de la historia del arte español, una de sus principales fuentes de inspiración.

La muestra está comisariada por Eloy Martínez de la Pera, quien ha seleccionado para la ocasión un total de 90 piezas de indumentaria, muchas de ellas nunca antes expuestas, y un excepcional conjunto de 55 cuadros, entre los que destacan obras de El Greco, Velázquez, Murillo, Carreño de Miranda, Zurbarán, Goya, Madrazo o Zuloaga.

El recorrido por las salas sigue un itinerario cronológico a través de las pinturas, a las que acompañan los vestidos vinculados a cada estilo o a cada pintor. Conexiones basadas en elementos conceptuales, en formas y volúmenes, en complicidades cromáticas, que dan lugar a un fascinante diálogo entre moda y pintura, entre la creatividad del genial modisto y sus fuentes de inspiración.

El proyecto cuenta con la colaboración de Herbert Smith Freehills y Las Rozas Village.

GUILLERMO SOLANA:”HOY DIA LOS MUSEOS SE JUSTIFICAN SOLO POR SU CAPACIDAD DE ATRAER EL TURISMO.SE TRATA DE UN FETICHISMO TRISTE”

Guillermo Solana es Director Artístico del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza  y una de las personalidades más importantes del panorama cultural de nuestro país.Nos abre las puertas de la Colección Thyssen-Bornemisza y conversa para el Parnaso de las Artes sobre distintos temas relacionados con la Colección Thyssen y el arte en general.

PARNASO/LUIS AGIUS.– Muchas gracias, Guillermo por abrir al Parnaso de las Artes las puertas del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y atender nuestras preguntas.¿Cómo valora el desarrollo de la actual temporada de exposiciones temporales en el Museo Thyssen? ¿Está satisfecho de la respuesta del público?

GUILLERMO SOLANA.- Estoy satisfecho con la marcha de la exposición Balthus, que ha tenido una respuesta entusiasta, mientras que la anterior, dedicada a Beckmann me decepcionó en cuanto al resultado, tuvo menos afluencia de lo que esperábamos porque no es un pintor tan conocido en España. Próximamente tendremos una exposición sobre Balenciaga y la pintura española y al final de este año otra sobre los impresionistas y la fotografía, debida al excelente trabajo de Paloma Alarcó. Se piensa que los impresionistas trabajaban siempre al aire libre, del natural, “dal vivo”, pero nada más lejos de la realidad. Monet se enfadaba mucho cuando se le mencionaba que trabajaba con fotografías, herramienta no excesivamente decorosa para la época. En esta exposición, que confío que sea muy atractiva, habrá cuadros de paisajes, desnudo, naturalezas muertas, etc. Vamos a tener muchas piezas de Degas y estamos muy contentos por ello.

PARNASO.– A lo largo de su experiencia como Director Artístico del MuseoThyssen qué elementos destacaría como más relevantes de la Colección Thyssen-Bornemisza en especial respecto a otras colecciones privadas como la Gulbenkian, etc y que marcan la diferencia con el resto? ¿Por qué hay que venir a Madrid desde México, Tokio, Ohio o Zamora para verla?

G.SOLANA.- La Colección Thyssen no es una colección muy numerosa. Tiene unas 800 piezas, la parte principal de los barones Thyssen y tiene un acusado carácter enciclopédico y esto es poco común en España. Por ejemplo, el Prado, que es un Museo grandioso, está muy concentrado en la tradición de la “pintura-pintura” (España, Flandes, Venecia) con los grandes maestros Tiziano, Rubens, Velázquez, Goya. En cambio, en otras áreas se encuentra en peores condiciones respecto a variedad.El Museo Thyssen-Bornemisza tiene un poco de todo y piezas maestras de muy diversos estilos.Esto en Estados Unidos es más frecuente , debido a que los coleccionistas americanos querían mostrar todos los estilos de la pintura europea.Por otro lado la Colección está marcada por “dos colecciones”: la del primer barón Thyssen (años 20-30 del siglo XX) basada en el retrato (ejemplos, Carpaccio, Holbein, la propia Santa Catalina de Caravaggio, de la que hay indicios de que puede tratarse de un retrato, el autorretrato de Rembrandt, etc) y la del segundo barón Thyssen (Heinrich) , en la que ya no hay un género dominante sino un afán de explorar todos los movimientos de vanguardia desde el impresionismo hasta Bacon y Lucien Freud. También tuvo la intención de adquirir obras maestras de Picasso, Matisse, el expresionismo alemán, etc. Los dos barones tenían la concepción de construir una colección siguiendo el modelo de los museos: había que tener los grandes nombres y los grandes movimientos según un rumbo sistemático. El primer barón quería hacer algo así como una segunda “Alte Pinakothek” de Munich.

Guillermo Solana

PARNASO.- Guillermo, dado el fenómeno del turismo masivo globalizado, ¿lo considera positivo o negativo para los museos de pintura si los entendemos como templos del arte destinados a conservar las obras maestras de la pintura en las mejores condiciones, sin perjuicio de “hacer caja” con esta función?  O por el contrario no deben ser “templos del arte”?Usted ha declarado que no le gustaría tener “la Gioconda “ en el Thyssen…

G.SOLANA.- El fenómeno de la “Gioconda” aquí en el Thyssen lo distorsionaría todo.No hay espacio y no lo envidio. El “status” de icono absoluto del arte es un lastre. Hace décadas que la Gioconda debía haber sido limpiada, pero supone demasiados riesgos. No se la ha limpiado por no afrontar los riesgos de que la imagen de la Gioconda se modifique.

Parnaso:- Pero con la Sixtina sí se afrontaron…

G.SOLANA.- Ciertamente, pero la restauración de la Sixtina provocó cierta polémica: hubo gente que dijo que ese Miguel Angel tan colorista era falso, y que “el tiempo también pinta”, es decir , lo que se le reprocha a los restauradores “científicos”. A mí la Gioconda no me fascina especialmente. Como pasa con iconos, su prestigio viene de temas extrapictóricos (la leyenda de la sonrisa, el robo de 1911, etc). Para mí “El hombre del guante” de Tiziano resulta más fascinante. Yo desearía para el Thyssen muchos Vermeer, Caravaggio, o Tiziano…

PARNASO.- Y no temería al turismo masivo…

G.SOLANA.- El Thyssen no corre tanto riesgo. La Colección no es visitada masivamente por multitudes. Lo que no me gusta de la relación del turismo y los museos es que para los políticos el turismo sea la única justificación de los museos. No se justifican los museos por el prestigio cultural, sino por los turistas que los visitan y se trata de un fetichismo triste. Los museos están pensados para toda la población: el pensador Slavoj Zizek habló de la “interpasividad”: delegamos no solo nuestras tareas sino también nuestra capacidad de disfrute (ahí tenemos como ejemplos fenómenos de delegación como el de las antiguas plañideras, o las risas enlatadas en los programas de televisión). Con el tema de los museos, los políticos intentan convencerte de que es bueno que se construyan para que afluyan los turistas y por si acaso para que los niños los visiten. El museo, sin embargo, es para todos, es para que el ciudadano acuda y lo disfrute. En ciertas ciudades de la costa española se construyen museos para que los turistas afluyan.

PARNASO.– ¿Cuáles son los principales problemas o peligros que tiene que afrontar la Colección Thyssen –Bornemisza en estos momentos? ¿viabilidad económica, anquilosamiento? ¿la permanencia de la Colección en España está asegurada ¿le afecta la actual incertidumbre política?

G.SOLANA.- La permanencia de la Colección está absolutamente garantizada. Fue vendida al Estado español en 1993 y es inalienable. La colección de la baronesa, que está en depósito y que comprende unas 250 obras, aproximadamente una cuarta parte de la Colección Thyssen, depende de élla. Actualmente el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza exhibe unas 750 piezas de la colección permanente.Si la colección de la baronesa se fuera supondría una pérdida grave pero no insuperable.El futuro del Museo está asegurado, ya que el Estado se hace cargo del mantenimiento de la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza. El riesgo que tenemos que  afrontar estriba en el hecho de que las exposiciones temporales son cada vez más costosas (seguros, transportes, etc). Habría que subir tanto el precio de las entradas, que el público quizá no estaría dispuesto a asumirlo y harían falta subvenciones del Estado. Si los costes siguen siendo tanto altos, lo que puede ocurrir es que vaya declinando la capacidad del Museo de organizar actividades y publicaciones y quedemos paralizados. El rendimiento de los museos (salvo Louvre y Uffizi) es decreciente.Incluso el MOMA ha tenido que introducir una tarifa de pago obligatorio. Por tanto, el rendimiento decreciente del Museo en el futuro puede hacer que nos quedemos “en sordina”, con menos capacidad de actuación.

PARNASO.– En repetidas ocasiones, usted y otros directivos del Museo se refieren a la baronesa Thyssen como su principal valor ¿Cuál es en estos momentos su papel en relación a la Colección Thyssen?

G.SOLANA.– La Baronesa Thyssen es la persona que hizo posible que la Colección viniera a España. Si la esposa del barón Thyssen hubiese sido china, no habría duda de que la Colección estaría en Shanghai. Hubo otras personas que colaboraron a su esfuerzo: González, Javier Solana, Gómez- Acebo, el abogado Rodrigo Uría, etc. Actualmente la baronesa es Vicepresidenta vitalicia del Museo y por otro lado sigo siendo una activa coleccionista, y su labor no se agota en Madrid, sino que ha creado el Museo Carmen Thyssen en Málaga y otro en San Feliú de Guixols, así como un espacio, que es más bien una galería, en Andorra, a la que presta varias de sus obras.

PARNASO.– Guillermo,en su opinión ¿cuál es el mejor modo de atraer nuevos públicos y más jóvenes a los museos de pintura en general y al Thyssen en particular?

GSOLANA.- Es muy difícil atraer a los jóvenes. Su cultura es muy distinta. No menosprecio las nuevas formas de comunicación cultural. Hacemos cosas para atraerlos, como por ejemplo el videojuego Nubla, para crear aventuras a través de la Colección, así como desarrollamos  toda una serie de actividades relacionandas con el “graffiti”, el cómic, instagram, etc. Aun así el problema de fondo es un problema de brecha generacional. Podría suceder que, en el futuro, los museos se conviertan en lugares frecuentados por personas muy singulares y que dejen de ser lugares de consumo generalizado de cultura. Por otro lado, la edad de los visitantes de los museos ha envejecido a un ritmo pavoroso, así como la de los coleccionistas de arte.

PARNASO.– Guillermo, vivimos en una época donde la trivialización de la cultura alcanza un nivel insoportable. ¿Cómo observa este fenómeno desde su posición como director artístico del Museo?

GSOLANA.– Hay un fenómeno consustancial a la cultura de masas que consiste en  mecanismos de repetición y de eliminación de la complejidad. Recuerdo a este respecto un artículo de Adorno de 1938, en el campo de la recepción de la música clásica, aplicable a la cultura en general: la cultura de masas concentra la popularidad, el prestigio en un número restringido de iconos. Por ejemplo, la Quinta Sinfonía de Beethoven es absolutamente conocida, hasta la sociedad y la Cuarta Sinfonía, no existe. Unos productos por ser más pegadizos o por presentar rasgos más superficiales han sido mejor admitidos y han relegado lo más rico o complejo y así ha disminuido y disminuye actualmente el repertorio de obras artísticas conocidas o valoradas. En el mundo del Arte no ha habido una ampliación del gusto, sino lo que el público conoce se reduce cada día. Tengo montones de pruebas de ello. Por ejemplo hace años tuve la ideas de programar a un pintor francés Raoul Dufy, que no figura como un grande de la pintura: ha sido devorado y quizá con razón por Picasso y Matisse pero en mi juventud, hace unos 40 años, era conocido y valorado. Ahora ya no lo es. La cultura de masas es amnésica. Olvida lo de la temporada anterior y lo de hace diez años está profundamente enterrado. El impresionismo se reduce a Monet, el barroco es Caravaggio, Rembrandt y Velázquez y ni siquiera Rubens es ya tan valorado y conocido. El repertorio se está empobreciendo y se reduce el margen de maniobra. Todos los museos exhiben los mismos nombres. Además hay una banalización y recorte de todo lo complejo.

PARNASO.– Cuando se plantea organizar una exposición temporal, ¿cuáles son los criterios artísticos prioritarios para usted: renombre del pintor, estilo, escuela, vinculación con la colección, carácter rompedor, etc?

GSOLANA.– En efecto, en primer lugar la conexión con la Colección, aunque no siempre. Vamos a programar una exposición de RemediosVaro, que por su calidad y su condición de pintora, requiere que se haga. Otros criterios serían las expectativas de éxito de público, si bien nos podemos permitir un “no éxito” por el hecho de recuperar a un pintor olvidado que lo merezca, y por último la variedad: siempre clásicos modernos, exposiciones de arte y moda que funcionan muy bien, y un gran maestro antiguo.

PARNASO.- ¿Qué pintor o pintores le gustaría traer al Thyssen y no lo ha hecho?

GSOLANA.- Me gustaría Friedrich, pero es muy difícil porque está muy demandado. A principios de los 90 se hizo una retrospectiva en el Prado y sería bueno hacer una nueva exposición, pero los museos alemanes son reacios a ceder sus cuadros. 

PARNASO.– Guillermo , permítame ahora que le plantee un pequeño “juego” que creemos que pueder ser  muy interesante y aleccionador para los lectores del Parnaso y es que nos comente, desde su gran experiencia y conocimiento , con una sola palabra, y de forma espontánea, lo que le sugieren los nombres de los siguientes grandes maestros de la pintura, unos universalmente conocidos y otros menos:

santa catalina de alejandria caravaggio

GRUNEWALD           

TIZIANO                    

CARAVAGGIO          

POUSSIN                  

REMBRANDT

VERMEER                 

FUSELI           

GERICAULT   

GOYA            

TURNER                    

VAN GOGH   

PICASSO                   

FRIDA KAHLO          

POLLOCK                  

BACON                     

ANTONIO SAURA

ANTONIO LOPEZ

FERNADO ZOBEL

“Dolor”

“Alegría de vivir”

“Intensidad”

“Norma”

“Empatía”

“Pureza”

“Lo onírico”

“Violencia”

“Protesta”

“Cósmico”

“Visión”

“Metamorfosis”

“Autorretrato”

“Serenidad cósmica”

“Maldad”

“Tradición”

“Paciencia”

“Estilo”

PARNASO.- Por último, la más grave cuestión.Imaginemos. Se declara un pavoroso incendio en el Museo, los bomberos no acuden, no hay agua y todo el mundo huye despavorido, excepto usted: lamentablemente solo puede salvar un cuadro. ¿Qué lienzo salvaría?

G.SOLANA.– Hay un protocolo establecido para ese caso, por el cual es obligatorio salvar primero los cuadros que no pertenezcan  a la Colección y que se estuvieran exhibiendo en el momento de un incendio. En cuanto a qué lienzo salvaría de la colección Thyssen –Bornemisza, creo que salvaría la “Santa Catalina de Alejandria” de Caravaggio.

PARNASO.- Muchas gracias Guillermo, le deseamos el mayor de los éxitos al frente del Museo Thyssen-Bornemisza.

© LUIS AGIUS

  • El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza invita a reinterpretar las obras de su colección
  • Un concurso de “versiones” que termina en una noche con arte y música
  • La primera cita es el 11 de mayo y habrá más durante 2019
  • Cada convocatoria contará con la participación de tres prescriptores, representantes del arte y la cultura más actuales

 Las obras de la colección Thyssen-Bornemisza están vivas, tan vivas que #VersionaThyssen propone jugar con ellas, reinterpretarlas, utilizarlas como fuente de inspiración o punto de partida para dejar correr la creatividad de los más jóvenes. Quien quiera participar, solo tiene que tener entre 18 y 30 años, elegir uno de los 6 cuadros seleccionados, inspirarse y crear en cualquier formato que pueda reproducirse de manera digital. Antes del 5 de mayo, habrá que subirlo a Instagram con el hashtag #VersionaThyssen y la mención a @museothyssen, además de título, referencia a la obra en la que se inspira y a la técnica utilizada. En esta primera edición, Lara Lars, Miranda Makaroff y Ricardo Cavolo propondrán sus propias “versiones” para animar a la participación y, junto al director artístico del museo, Guillermo Solana, conformarán el jurado encargado de seleccionar a los premiados, que se darán a conocer el 11 de mayo en un evento nocturno.

Del 25 de marzo al 16 de junio de 2019

Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta hasta el 16 de junio de 2019 una selección de diez obras procedentes del Museo Nacional de Escultura de Valladolid. Las piezas se integran con las obras de la colección permanente, por coincidencias temáticas o temporales, siguiendo un itinerario que recorre las salas de la segunda planta. 

Así, una talla de San Marcos (1501-1525), atribuida a Felipe Bigarny, dialoga con la pintura dedicada al mismo santo del alemán Gabriel Mälesskircher; frente a un tondo del maestro manierista Beccafumi, se expone laSagrada Familia con san Juanito (hacia 1535), altorrelieve atribuido a Gabriel Joly, cuyas líneas curvas delatan que también fue concebido como un tondo; un busto anónimo del Emperador Carlos V de joven (hacia 1520) lo hace junto al retrato del mismo que pintó Lucas Cranach el Viejo, o la imagen de San Antonio de Padua (hacia 1560-1575), de Juan de Juni, acompaña temporalmente a La Virgen y el Niño con santa Rosa de Viterbo, de Murillo, perteneciente a la colección del museo. 

Mujeres artistas de la vanguardia rusa

Del 1 de marzo al 16 de junio de 2019

Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta el montaje especial Pioneras. Mujeres artistas de la vanguardia rusa que, del 1 de marzo al 16 de junio de 2019, reúne en la sala 43 una selección de 12 obras de las colecciones del museo de Natalia Goncharova, Alexandra Exter, Olga Rózanova, Nadeshda Udaltsova, Liubov Popova, Varvara Stepanova y Sonia Delaunay, además de textos, biografías y fotografías. Todas ellas crecieron y se formaron en un régimen que se aferraba a los valores de la época preindustrial y, sin embargo, se convirtieron en pioneras de la creación, difusión y defensa de los nuevos lenguajes artísticos que fascinaron y escandalizaron a partes iguales a la sociedad rusa y europea de comienzos del siglo XX.

Balthus

Del 19 de febrero al 26 de mayo de 2019

Museo Nacional Thyssen-Bornemisza 

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta en sus salas una exposición retrospectiva del artista francés Balthasar Klossowski de Rola (1908-2001), conocido como Balthus, organizada conjuntamente con la Fondation Beyeler en Riehen/Basilea, donde ha podido visitarse hasta enero de 2019, y con el generoso apoyo de la familia del pintor.

Considerado uno de los grandes maestros del arte del siglo XX, Balthus es sin duda también uno de los pintores más singulares de su tiempo. Su obra, diversa y ambigua y tan admirada como rechazada, siguió un camino virtualmente contrario al desarrollo de las vanguardias. El propio artista señaló explícitamente algunas de sus influencias en la tradición histórico-artística, de Piero della Francesca a Caravaggio, Poussin, Géricault o Courbet. En un análisis más detenido, se observan también referencias a movimientos más modernos, como la Nueva Objetividad, así como de los recursos de las ilustraciones populares de libros infantiles del siglo XIX, como Alicia en el País de las Maravillas. En su desapego de la modernidad, que podría calificarse de ‘posmoderno’, Balthus desarrolló un estilo figurativo personal y único, alejado de cualquier etiqueta.

Comisariada por Raphaël Bouvier, Michiko Kono y Juan Ángel López-Manzanares, la exposición, primera monográfica que se presenta en España en más de veinte años, reúne 47 obras, en su mayoría pinturas de gran formato, que cubren todas las etapas de su carrera desde la década de 1920. La selección incluye algunas de sus obras más importantes como La calle (1933), que se verá en España por primera vez,  La toilette de Cathy (1933), Los hermanos Blanchard (1937), o Thérèse y Thérèse soñando, ambas de 1938 y magníficos ejemplos de sus polémicos retratos de jóvenes adolescentes.

Desde el 11 de febrero, El martirio de san Andrés (c.1638-1639), de Peter Paul Rubens, estará en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza como “obra invitada”, colgado en el hall central del Palacio de Villahermosa. Este óleo sobre lienzo fue encargado para el altar mayor de la iglesia del antiguo Hospital de San Andrés de los Flamencos, origen de la actual Fundación Carlos de Amberes, por Jan van Vucht, un flamenco representante de la imprenta Plantin-Moretus de Amberes que residía en Madrid.

La obra ha permanecido en poder de la Diputación del Hospital de San Andrés desde que Jan Vucht lo donase a su muerte en 1639. En el siglo XIX, pasó temporadas en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial y en la Real Fábrica de Tapices. A lo largo del siglo XX, el lienzo fue objeto de intentos de venta y de compra, sobrevivió a la Guerra Civil y estuvo en el Museo del Prado hasta 1989. Desde 1992, está en la Fundación Carlos de Amberes.

Se trata de una obra maestra de la última época del artista y en ella se aprecian las características propias de su estilo, particularmente, su excepcional composición, las expresiones y los gestos de los personajes, el exquisito dinamismo barroco y la asombrosa claridad narrativa. Rubens da rienda suelta a la paleta de color con pinceladas libres claramente influenciado por Tiziano. Destaca asimismo el marco original, –realizado según los dictados del artista– y encargado a Abraham Lers y Julien Beyma, ambos al servicio de Felipe IV. En cuanto a la iconografía, el pintor recoge el momento en el que Egeas, procónsul de la provincia romana de Acaya, encarceló y colgó de la cruz a san Andrés tras enterarse de la conversión al cristianismo de gran parte de la población de Acaya, entre ellos, su mujer. Durante su martirio nunca dejó de predicar y la multitud no tardó en amotinarse contra Egeas, quien trató entonces de liberar a Andrés, pero este se negó.

El martirio de san Andrés se une en el Museo Thyssen a otros cuadros del maestro holandés pertenecientes a la colección Thyssen-Bornemisza, como son La ceguera de Sansón, Venus y Cupido, Retrato de una joven dama con rosario y La Virgen con el Niño, santa Isabel y san Juan Bautista.