Gewandhausorchester Leipzig

LA HISTÓRICA GEWANDHAUSORCHESTER  LEIPZIG Y ANDRIS NELSONS BRILLAN A GRAN ALTURA DE LA MANO DE IBERMÚSICA

Auditorio Nacional, 22 de Mayo de 2019

BRUCKNER  Sinfonía nº 5 en si bemol mayor

Auditorio Nacional 23 de Mayo de 2019

SHOSTAKOVICH Concierto para violín nº 1 op 77  

TCHAIKOVSKY Sinfonía nº 5 op 64 de

Solista Baiba Skriede, violín

Orquesta del Gewandhaus de Leipzig

Andris Nelsons, director

IBERMÚSICA nos ha ofrecido la magnífica actuación de la soberbia Gewandhausorchester Leipzig, una de la orquestas más antiguas del mundo, si bien tal honor corresponde en puridad a la Saasische  Staatskapelle Dresden (actualmente Staatskapelle Dresden) otra histórica orquesta alemana, cuyo embrión, un conjuntos de metales, , data del lejano año de 1448.En todo caso, ante la Gewandhaus de Leipzig nos encontramos frente a una orquesta que fue dirigida entre otros grandes músicos por Mendelssohn , Schumann, Tchaikovsky, etc y que estrenó innumerables grandes obras del repertorio romántico.Su larga tradición se nota en su sonido, su color, su empaste, su sobresaliente  afinación, la precisión en los ataques : excelente cuerda, excepcional viento-madera, formidables metal y percusión.

La orquesta y su director titular el letón Andris Nelsons-mucho más acertado  en los presentes conciertos que en otros conciertos de pasadas temporadas- brillaron especialmente en la Quinta Sinfonía de Anton  Bruckner, obra majestuosa, imponente, grandiosa, una auténtica catedral musical , de un contrapunto asombroso, con unos climax demoledores,  y unos pianissimi inverosímiles, épica y colosal, pero también , lirica en su grandeza, con un sublime y melódico Adagio, una de las páginas más extraordinarias de Bruckner.El Scherzo fue demoledor y el final apabullante, gracias a la batuta , la precisión y el bellísimo fraseo de Nelsons, que estuvo  sensacional en todos los aspectos (dinámica, balance, precisión rítmica, etc) situándose a la altura de los grandes directores de orquesta “brucknerianos” de hoy día, es decir, Daniel Barenboim , Thielemann, Jansons y el veterano Bernard Haitink.

En el segundo concierto tuvimos el maravilloso Concierto para violín número 1 de Shostakovich, obra cumbre del género en el siglo XX, que tuvo en la violinista letona  Baiba Skride una competente y eficaz intérprete pero a la que le faltó algo más de mordiente y contraste, quedando lejos de violinistas como Janine Jansen o  Batiasvhili en esta obra.La Quinta Sinfonia de Tchaikovsky obra maestra absoluta del sinfonismo romántico y del estilo trágico, tuvo todo el pathos necesario, pero sin excesos. Nelsons impuso control  y un bello fraseo y la respuesta orquestal fue soberbia especialmente en los dos primeros movimientos, en los que la versión fue inolvidable.En definitiva, sensacionales conciertos , máximos exponentes del  más relevante sinfonismo romántico.

LUIS AGIUS