“IL TROVATORE” de Giusseppe Verdi, ópera basada en el drama de Antonio García Gutiérrez del mismo título “El trovador” (1836) (Libreto: Salvatore Cammarano )
Función del 9 de Julio de 2019
Teatro Real de Madrid
Producción del Teatro Real en coproducción con Royal Danish Opera y Opera de Montecarlo
Dirección de escena:Francisco Negrin
Escenógrafo Louis Desiré
Elenco
Francesco Meli, Ludovic Tezier, Maria Agresta, Ekaterina Semenchuk
Orquesta y Coro del Teatro Real
Maurizio Benini, director musical
El Teatro Real ha celebrado su semana de la Opera, con una notable , eficaz y ambiciosa producción de “Il Trovatore” de Giuseppe Verdi (1813-1901), una de las tres grandes óperas románticas que conforman la formidable trilogía de títulos que compuso entre 1851-1853 (Rigoletto, Trovador y Traviata) y que cimentó su justa fama para siempre. Estas funciones de “Il trovatore” en el Real, una ópera llena de arias, dúos, tercetos, y coros memorables, ha contado con un sobresaliente y solvente elenco de cantantes, que han afrontado sus complicados y muy exigentes vocalmente roles con intensidad, pasión, y teatralidad. Así, han destacado la excelente musicalidad y brillo vocal de la Leonora de María Agresta, el empaque y la potencia vocal de Ludovic Tezier, y la pasión y sensibilidad de Ekateria Semenchuk como Azucena.
En un nivel inferior se colocó el tenor Francesco Meli, en el papel de Manrico, que se entregó vocalmente, pero al que le faltó “apianar” debidamente en ocasiones. Muy acertado el coro en sus inolvidables números y absolutamente extraordinaria la dirección musical de Maurizio Benini, idiomática, brillante, sensible, detallista, acompañando el canto de manera sensible , fluida , dirigiendo a la antigua, con tempi de gran naturalidad, y obteniendo una magnífica y contundente respuesta orquestal, poniendo de relieve todos los matices dramáticos de esta gran ópera.Inteligente y limpia puesta en escena de Francisco Negrín (y eficaz escenografía de Louis Desiré), que sin distraer al espectador ni interrumpir la acción dramática, la potenció con múltiples detalles de carga simbólica, situando al espectador en el gran drama romántico, y en el fuego y pasión verdianas.
LUIS AGIUS