Orquesta Filarmónica de Israel

Zubin Mehta, director

Obras de Pártos, Haydn y Berlioz

Auditorio Nacional Madrid, 19 de Septiembre de 2019

IBERMÚSICA

IBERMÚSICA ha inaugurado su 50º temporada con un extraordinario concierto de la Filarmónica de Israel, con su titular al frente, el ya legendario en vida Zubin Mehta (Bombay, 1936) que se despide de la titularidad de la gran formación israelí, tras a su vez, cincuenta años de trabajo en común. Fue un concierto emocionante y entrañable, con guiños indudables a una forma de tocar e interpretar el gran repertorio, que nos retrotrajo a la época dorada de las grandes batutas: Carlos Kleiber, Karajan, Giulini, Abbado y de grandes músicos veteranos que siguen en activo (Barenboim) depositarios de esa forma de hacer música.En la primera parte, después de una interesante partitura para cuerdas del músico húngaro de origen judío Pártos (Concertino para cuerdas de 1932) tuvimos la oportunidad de escuchar la hermosa e infrecuentemente tocada Sinfonía Concertante para violín, oboe, fagot y violonchelo en mi bemol mayor de Haydn (con notables solistas , miembros de la propia orquesta) y en la segunda parte la celebérrima Sinfonía “Fantástica” con la que Berlioz abrió en 1830 el Romanticismo en lo musical.

© Fotografías: Jose Luis Pindado / Ibermúsica

Zubin Mehta dirigió espléndidamente, con oficio y maestría,y la respuesta orquestal fue magnífica, especialmente en la Sinfonía Fantástica, plena de emoción, sentido, coherencia, tempi de gran naturalidad,y bellísimo fraseo, tocada con brillantez pero sin falsa ampulosidad. La Filarmónica de Israel , que no tiene un sonido tan bello como otras grandes formaciones europeas (Filarmónica de Viena, Filarmónica de Berlín, Concertgebouw de Amsterdam) es depositaria, sin embargo, de la grandiosa tradición interpretativa centroeuropea (lo que se nota en su magnífica cuerda) y se trata de una orquesta que tiene una gran precisión en los ataques, muy equilibrada en todas sus secciones y que  especialmente “interpreta”: sus músicos tocan con una gran convicción y entrega y esto el oyente lo percibe. Un concierto de la Filarmónica de Israel no es un trámite o rutina de lujo. Claramente pudo apreciarse esto de manera superlativa en los “bises” ,la obertura de “Las Bodas de Fígaro” de Mozart (un guiño del maestro Mehta a su vocación y larga carrera operística) y en una espectacular e inolvidable interpretación de la  polka “Truenos y relámpagos” de Johann Strauss, tocada “a lo Karajan” o “a lo Kleiber” que nos hizo recordar los Conciertos de Año Nuevo de los que Mehta fue director.

El concierto finalizó entre justas aclamaciones para el gran y veterano maestro Zubin Mehta, al que volveremos a ver esta temporada en Ibermúsica al frente de otra centuria gloriosa, la Filarmónica de Viena.

LUIS AGIUS

TRIBUTO A ALFONSO AIJÓN

50 AÑOS DE IBERMÚSICA

Alfonso Aijón

No es éste un texto laudatorio, aunque pudiera parecerlo. Tampoco es un “tombeau”, un lamento al insigne personaje desaparecido, porque su protagonista está felizmente vivo, rebosante  de salud y facultades, entre nosotros. Es un breve texto de sincero agradecimiento, porque todos los melómanos españoles debemos mucho a Alfonso Aijón, un hombre arrojado, arriesgado, que se propuso traer a Madrid, a España, y lo consiguió y ha conseguido, a las mejores orquestas, directores y solistas  del mundo. Gracias a su bonhomía, formidables directores de orquesta y pianistas se han convertido en amigos entrañables, que incluso le ayudaron en los momentos difíciles derrochando su talento y su capacidad musical para deleite del público madrileño -y español- evitando la desaparición de esta noble empresa. Pueden citarse a muchos en esa tarea, pero quizá Daniel Barenboim es uno de los más representativos. Quizá hubo alguna orquesta, algún director, pianista o violinista que Ibermúsica no pudo traer en estos 50 años, pero han sido y son todos los que han estado y están en su programación. A esta tarea contribuyó un gran equipo, que persevera cada día, y en el futuro es de desear que pueda ser capaz de continuar esta magna labor, que vista con perspectiva, nos podría parecer casi imposible de llevar a buen puerto en la actualidad.

Desde el reconocimiento, gracias, Alfonso, por tu labor en favor de la música. 

LUIS AGIUS

PARNASO DE LAS ARTES