CURRENTZIS- APOTEOSICO MAHLER

Gustav Mahler: Des Knaben Wunderhorn

Sinfonía nº 4 en Sol mayor

 

Anna Lucia Richter, soprano

Florian Boesch, barítono

Musica Aeterna (Orquesta de la Opera de Perm)

 

Teodor CURRENTZIS, director.

Ibermusica, Auditorio nacional , 28 de Noviembre

En ciertas y contadas ocasiones tenemos la inmensa fortuna de asistir a conciertos que nos transportan literalmente a lo mejor del universo estético y musical de un compositor, de una manera rigurosa, natural,  elegante, apasionada, emocionante e inolvidable.En el concierto de la orquesta Musica Aeterna (Opera de Perm) dirigida por el gran director de orquesta griego Teodor Currentzis, dentro de la temporada de Ibermúsica, se obró el milagro: la bellísima música de Mahler se adueñó de nuestra alma y de nuestros sentidos, y sencillamente nos dejó desarmados, gracias a unos cantantes solistas excelentes, una orquesta espléndida, que toca como un solo hombre con una perfección inusitada  en los ataques , un bellísimo sonido y una pasión prácticamente desconocida en estos tiempos y sobre todo gracias a un formidable músico, que ejerce el papel de director de orquesta, pero que en realidad es un mago, un demiurgo, un descubridor: Teodor Currentzis. Este sin igual directores, capaz de obtener la mejor respuesta orquestal posible, y que nos ha deslumbrado con sus grabaciones de Mozart o Chaikovsky al frente de esta orquesta, es un músico versátil, creativo y extraordinario que marca el ritmo y acentúa  y matiza espléndidamente y que trabaja hasta la extenuación la partitura , pero sin duda , más allá de las notas.Los acompañamientos orquestales a los cantantes en el ciclo de “Lieder” (canciones) “Des Knaben Wunderhorn” (El muchacho de la trompa mágica”,) la estupenda soprano Anna Lucia Richter (de bellísimo timbre y excelsa musicalidad) y al barítono Florian Boesch (muy dramático , sólido y convincente) fueron deliciosos, puro Mahler, livianos, delicados, trágicos, depurados hasta lo imposible, plenos de encanto.Todo el universo mahleriano quedó plasmado con gracilidad, elegancia y tragedia de forma sinceramente teatral.Inolvidable.

La Cuarta Sinfonía del genial compositor austriaco fue sencillamente prodigiosa, con los violines tocando de pie, como en los tiempos de Mahler, probablemente el mejor director de orquesta de la historia.Sensacional construcción y fraseo en el primer movimiento, monumental movimiento lento, el hermosísimo Ruhevoll, y maravilloso el cuarto movimiento con la soprano Richter, que cantó admirablemente arropada por Currentzis y la orquesta, con una sensibilidad incomparable
En definitiva, concierto apoteósico coronado con un bis espectacular de ritmo implacable de un desconocido compositor serbio, en el que orquesta y director mostraron su virtuosismo.Vino la justa explosión de admiración y júbilo, pero la apoteosis fue previa y  mahleriana, gracias a un grandísimo director.Recuerden, graben su nombre, es griego y se llama Teodor, Teodor Currentzis y todo lo que toque, todo lo que dirija , lo convertirá en oro.

LUIS AGIUS