LA LONDON PHILARMONIC Y VLADIMIR JUROWSKI IMPRESIONAN EN EL CICLO DE ORQUESTAS DEL MUNDO DE  IBERMÚSICA

Auditorio Nacional, 27 de Noviembre de 2019

  • BRITTEN Concierto para violín op 15
  • MAHLER Sinfonía nº 5 
  • Solista Vilde Frang, violín
  • Auditorio Nacional 28 de Noviembre de 2019
  • ELGAR Concierto para violín op 61
  • SHOSTAKOVICH Sinfonía nº 11 “El año 1905”  
  • Solista Nicola Benedetti, violín
  • Orquesta Filarmónica de Londres
  • Vladimir Jurowski, director

Gracias a IBERMÚSICA hemos tenido la enorme fortuna de asistir a dos imponentes conciertos, por repertorio y calidad musical indiscutible, de la Filarmónica de Londres, admirablemente dirigida por  su titular, el director ruso Vladimir Jurowski, una batuta en alza en el panorama internacional, con toda justicia.Los programas , extensos, estaban integrados por obras maestras del último romanticismo  del siglo XIX y comienzos del siglo XX.

En el primer concierto, pudimos escuchar una excelente versión del magnífico Concierto para violín op 15 de Britten, con la excelente actuación de la joven y notable violinista noruega Vilde Frang, artista de gran proyección internacional, que tocó con un violín francés, un Vuillaume de  1866, de bello sonido, y muy apropiado para el repertorio romántico-moderno.Su fraseo fue riguroso, con una soberbia acentuación y un absoluto respeto a las indicaciones dinámicas, de “tempo” y matices del compositor inglés. El acompañamiento de la LPO fue idiomático y colorista, con un Jurowski sobrio y que arropó muy bien a la solista.En la segunda parte de este concierto tuvimos la oportunidad de asistir a la audición de una extraordinaria versión de la maravillosa Quinta Sinfonía de Gustav Mahler, una de las obras capitales no solo de Mahler, sino de todo el género sinfónico. Jurowski obtuvo de la orquesta en esta magna obra, una formidable respuesta orquestal, en la que la LPO, una orquesta brillante, sólida, dúctil, de gran solvencia y experiencia, sin alcanzar el nivel de una Filarmónica de Viena, brilló a gran altura en el tomentoso segundo movimiento, así como en  el tercer movimiento Scherzo, donde Jurowski fue capaz de recrear el inclasificable y original universo mahleriano. El célebre Adagietto obtuvo una interpretación sobria, lírica, de tempo lento pero lejos del almibaramiento: bellísimo. El Finale fue resuelto, brillante, festivo, lleno de emoción e intensidad. Jurowski demostró dominar esta excelsa partitura y nos  transmitió el alma mahelriana con todo su color y contrastes.

En el segundo concierto, tuvimos la oportunidad de escuchar el majestuoso y dramático Concierto para violín op 61 de Elgar -dedicado al  legendario violinista Fritz Kreisler- terriblemente complejo tanto en lo técnico como en lo estético. Aquí presenciamos la extraordinaria actuación de la también joven y ya eminente violinista británica Nicola Benedetti -que tocó con un violín Gabriel Stradivarius de 1717, de noble y penetrante sonido- que superó todas las dificultades técnicas de la partitura y nos ofreció un fraseo elegante y apasionado, con una interpretación soberbia de agilidades y “cadenzas”. Nos regaló un  nostágico bis, un “folk tunes” o aire británico, de una soberana belleza. El acompañamiento orquestal de la LPO  y de Jurowski fue modélico, con la tensión y la grandiosidad que esta obra requieren.

Para finalizar, asistimos a un soberbia interpretación de la Sinfonía nº 11 de Dmitri Shostakovich, de la que Jurowski se erigió como un egregio traductor, tanto en la planificación y análisis de la mera ejecución de la obra, como en lo estrictamente interpretativo,  así como en las señas de identidad artístico-emocionales de esta sin par Sinfonía: dolor, amargura, energía , formidable sentido épico, lirismo… Toda la Filarmónica de Londres brilló a gran nivel, con sobresalientes actuaciones del metal, cuerda y percusiones, especialmente en el segundo y tercer movimientos. Formidable e imponente, un Shostakovich para recordar.

LUIS AGIUS