beatrice rana

Beatrice Rana  interpreta las “Variaciones Goldberg”  BWV 988 de J.S. Bach 

Beatrice Rana, piano

 Warner Classics CD  0190295880187

El gran pianista y director de orquesta Daniel Barenboim declaró en una ocasión que viajó con  la partitura de la “Variaciones Goldberg” de Bach durante más de veinte años y que la estudiaba entre concierto y concierto de extenuantes giras con obras de otros compositores, hasta que por fin se decidió a grabar la obra en un registro en vivo , procedente de un recital en el Teatro Colón de Buenos Aires (publicado en el sello Erato hace largo tiempo). Ciertamente las “Variaciones Goldberg” por su suprema perfección, por su soberana belleza, por su dificultad técnica y  por su halo de misterio (son, al parecer, un simple encargo para paliar el insomnio del  conde Keyserling, el cual haría que se las tocase al clave el joven clavecinista Goldberg y de ahí viene su apelativo mundialmente conocido) se erigen sin embargo como una de las obras más trascendentales de Bach y por ende, de la historia de la Música. Interpretadas desde el siglo XIX hasta nuestros días indistintamente en el clave, clavicémbalo, piano moderno, órgano o incluso en versión de trío de cuerdas o de cuarteto de jazz, resisten todas la versiones, todos los análisis, y se escapan como arena entre los dedos. La competencia entre los clavecinistas ( históricos como Landowska, Kirpatrick, Leonhard, y modernos como Belder, Hantaï, Pinnock y Rousset) y los grandes pianistas de todas las épocas por alcanzar una interpretación no solo solvente y rigurosa, sino “definitiva”, ha sido feroz, desde que irrumpiera  el genial pianista canadiense Glenn Gould como un meteoro con su fascinante versión para CBS (ahora SONY) de 1955 y su más introspectiva de 1982, poco antes de su muerte. Otros grandes pianistas que nos han dado excepcionales versiones han sido Murray Perahia, Alexis Weissenberg, Wilhem Kempff, Rosalyn Tureck, el citado Barenboim y más modernamente Igor Levit (formidable) y Alexandre Tharaud. En esta ocasión, la joven pianista italiana Beatrice Rana nos convence, apasiona y seduce con una interpretación cálida, vertiginosa en la articulación, elegante, fresca, y de gran fluidez y naturalidad. Su sonido es bello, los adornos hermosísimos, prístinos en su ejecución, los acentos muy bien definidos y marcados. Pero su preciosismo técnico no es vacuo y la pianista italiana nos ofrece una notable capacidad introspectiva en la ejecución, que convierte en un gran placer íntimo la escucha de su versión de las “Goldberg” lejana a la austeridad germana, pero que sin duda el propio Bach aplaudiría por su equilibrio entre análisis y suprema belleza, porque el fraseo de cada motivo, de cada tema, de cada canon, danza, variación, nunca es caprichoso sino fruto del rigor, pero sin merma de una deslumbrante emotividad. Beatrice ha ascendido la “montaña dorada” que es más bien la “montaña sagrada” y ha llegado y nos hace llegar a la cumbre. Formidable grabación, de gran espectro y fidelidad.

LUIS AGIUS