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Una leve exageración

Una leve exageración

Adam Zagajewski

Acantilado. Barcelona (2019), 346 págs.

Traducción del polaco de Anna Rubió y JerzySlawomirski

(t.o.: Lekkaprzesada)

ISBN: 978-84-17346-98-0

Adam Zagajewski (Lvov, 1945) es poeta y ensayista, reconocido universalmente. Aunque la base de este texto son retazos de la historia de su familia y recuerdos de otros momentos de la vida más reciente del escritor, no se trata de unas memorias, porque en ningún momento se sigue un orden cronológico. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, Lvov, ciudad polaca, pasó a Ucrania, y Adam y su familia tuvieron que abandonar la ciudad de sus antepasados y establecerse en Gliwice, en Silesia, que había pasado de Alemania a Polonia. Por esto las densas reflexiones sobre el destierro son un testimonio de primera mano del dolor y de la añoranza, padecidos por Adam y su familia y por tantos habitantes de los países que quedaron bajo la órbita de la Unión Soviética.  

Cuenta el autor que, al morir su madre y ver a su padre muy abatido, lo animó a escribir  sobre la historia de la familia. El resultado fue un texto breve y nada literario, acorde con la personalidad del progenitor –catedrático de ingeniería–, un científico ordenado, riguroso, parco en palabras, honesto, que, cuando un periodista le pidió, en cierta ocasión, el parecer sobre la actividad literaria de su hijo, tras unos momentos de vacilación, contestó: una leve exageración, sentencia que ha dado el título al texto.

Pero el libro nos ofrece mucho más, porque el autor habla de escritores, de artistas, de pensadores y de compositores de diversos tiempos y países. Algunos son los clásicos que admira, a otros los menciona al hablar de la relación establecida con ellos en encuentros culturales, en las aulas, etc. Con algunos, como Joseph Brodsky, entre otros, los ha unido, además, una fecunda amistad. Esto da pie a Zagajewskia mostrar su experiencia sobre la poesía y la creación artística y sus sugerentes opiniones sobre diversas ideas filosóficas, sobre la historia reciente y sobre las humanidades en general.

Los viajes a diversos lugares, sobre todo de Europa y América, ocupan también una parte importante de Una leve exageración, en párrafos en los que se manifiestan unas dotes de observación admirables, con descripciones nada superficiales y llenas de colorido, algunas antológicas, como la de las vidrieras de la catedral de Chartres. 

Adam Zagajewski aprecia todo lo humano, se aparta de intelectualismos y de hermetismos, porque le parecen proclives al individualismo y a la  vanidad y demasiado ajenos a la realidad, a los hombres y mujeres de carne y hueso. A pesar de sus dudas, deja la puerta abierta al misterio de la trascendencia, de lo sagrado y de la eternidad, que intuye y anhela. Prosa elegante y cuidada, en una excelente traducción de Anna Rubió y de Jerzy Slawomirski.

Luis Ramoneda