Opera Capriccio

Capriccio” de Richard Strauss opera en un único acto, estrenada en Munich el 28 de Octubre de 1942

Libreto: R. Strauss y Clemence Krauss, sobre una idea de Stefan Zweig

Función del 4 de Junio de 2019,

Teatro Real de Madrid

Co-Producción de Amigos del Teatro Real con la Ópera de Zurich

Dirección de escena:Christof Loy

Escenógrafo  Raimund Orfeo Voigt

Elenco

  • Condesa Malin Byström
  • Conde  Josef Wagner
  • Flamand Norman Reinhardt
  • Olivier André Schuen
  • La Roche Christof Fischesser
  • Clairon Theresa Kronthaler
  • Orquesta del Teatro Real
  • Asher Fisch, director musical

Una formidable conjunción de talentos, Richard Strauss (1864-1949), el gran compositor bávaro, amigo personal de Gustav Mahler, de larguísima carrera en la música sinfónica y la ópera, el gran director  de orquesta Clemence Krauss y el extraordinario escritor Stefan Zweig (1881-1942), dio como resultado esta joya del repertorio que es la exquisita y sublime ópera “Capriccio” que el Teatro Real presenta en coproducción con la Ópera de Zurich y que constituye uno de los grandes aciertos de la temporada.En efecto, un sensacional elenco de cantantes, entre los que destacó sobremanera en el rol de la Condesa la soprano sueca Malin Byström, vocalmente extraordinaria, de bellísimo timbre, sutil e intensa en su gran escena final, y en el papel del empresario teatral La Roche, el barítono Fischesser y sobre todo la magnífica dirección orquestal del director israelí Asher Fisch, suntuosa y delicada a partes iguales (desde que Semyon Bichkov dirigió en el Real “Elektra” en 2011 no habíamos escuchado una ópera de Strauss tan excelente en el plano orquestal) conformarán una extraordinaria velada operística.

Sin embargo, más allá de todo esto , lo verdaderamente importante estriba en el magnífico libreto a partir de una trascendente conversación o dilema planteados entre Zweig –libretista de otras óperas de Richard Strauss como ”La mujer sin sombra” o “La mujer silenciosa”- y el propio Strauss y que se remonta a la noche de los tiempos de la manifestación cultural: ¿prima la musica e poi le parole o viceversa? La solución podríamos encontrarla en la refinada y etérea música de Strauss o en el magnífico libreto, pero realmente debe triunfar una solución aristotélica: “en el equilibrio está la virtud”. En verdad, una gran ópera ha de atender en un plano de igualdad a ambos elementos de manera indisoluble y manifiestamente pareja, y ejemplos de ello hay sobrados en las óperas de Mozart o Wagner, por ejemplo.

Pese a que el público español y madrileño no es muy proclive a Strauss, la belleza de “Capriccio” , con una sobria y correcta dirección  y puesta en escena de Christof Loy, y Raimund Orfeo Voigt, debe abrir la puerta del Real a nuevos títulos de este gran compositor.¿Para cuándo la maravillosa “Der Rosenkavalier”?

LUIS AGIUS