ISMAILOV, Hamid

La historia del prodigioso Yerzhán

Traducción del ruso de Maria García Barris

Acantilado. Barcelona (2018), 113 págs.

(t.o.: Yerzhan)

ISBN: 978-84-17346-30-0

Hamid Ismailov, escritor y periodista, nace en Tokmak (Kirguistán) en 1954,  tuvo que exiliarse de Uzbekistán –donde creció y donde sus obras están prohibidas– y ha vivido en Rusia, Francia y Alemania antes de asentarse en el Reino Unido, para trabajar en la BBC como director del servicio de Asia Central.

Un viajero del ferrocarril que atraviesa la interminable e inhóspita estepa de Kazajistán se encuentra con Yerzhán, un niño que toca el violín magistralmente, pero que, en realidad, tiene veintisiete años. Así comienza el relato de las andanzas de este, que, por un lado, es una magnífica descripción, llena de matices, de la vida en la estepa, en condiciones muy duras, y también de los mitos, creencias, costumbres de sus pobladores, y del paisaje.

Pero se trata, por otra parte, de una denuncia, porque una de las claves de la novela está en el texto que la precede: Entre 1949 y 1989, en un polígono llamado Semipalátinsk, se realizaron un total de 468 pruebas nucleares, de las cuales 125 fueron explosiones atmosféricas y 343 subterráneas. La potencia total de las explosiones nucleares experimentadas en la atmósfera y en la superficie del polígono (una zona habitada) supera dos mil quinientas veces la potencia de la bomba lanzada por los estadounidenses en Hirosima en 1945.

Yerzhán y sus vecinos viven cerca de La Zona, lugar vigilado, casi secreto, al que se viaja raramente y con miedo, y que ofrece un panorama de desolación, herrumbre y contaminación, cuyos nocivos efectos se manifiestan en frecuentes temblores de tierra, que atemorizan a los lugareños, y en el aire polucionado que respiran.

Ismailov ha escrito un relato original, en el que la realidad cotidiana de unos personajes corrientes, llenos de humanidad, con sus sueños, alegrías, penas y quimeras, contrasta con los efectos catastróficos de la Guerra Fría, que padecen estoicamente sin que nadie los defienda. Una historia bien escrita con una estructura musical.

Luis Ramoneda